Art. de Pagina 12......otra perlita y van...
Cualquiera hubiera pensado que serían más discretos. Que después del escándalo de cambiar una ley para beneficiar a los familiares de los funcionarios, por lo menos los suyos se iban a abstener. Es probable que haya sido discreto y hubiera pasado desapercibido, si Horacio Verbitsky no lo hubiera publicado en PáginaI12. En noviembre de 2016 se aprobó la ley de blanqueo de capitales, que en la lengua ambigua del PRO se denominó de “sinceramiento fiscal” y en ella se subrayaba que no estaban incluidos en ese beneficio los familiares directos de los funcionarios. Fue una condición impuesta por Elisa Carrió. La causa era obvia: un gobierno de millonarios se fabricaba una ley a su medida, había que incluir ese punto para darle credibilidad y transparencia y, sobre todo, sacarle el tufo a negociado. Mauricio Macri se molestó por ese agregado y, pocos días después, lo anuló por decreto. Los medios oficialistas acallaron las protestas, Elisa Carrió miró para otro lado y se olvidó del asunto. Al punto que ahora es candidata de los que denunció como corruptos, aquellos que rompieron las condiciones de transparencia que ella misma había exigido. Todo silenciado hasta que Horacio Verbitsky publicó las cifras que habían blanqueado familiares directos de Macri y otros funcionarios.
Los tomó de sorpresa. El control sobre la prensa oficialista les daba seguridad sobre estos temas. Pero se les escapó la tortuga. Otra vez rabieta en la Casa Rosada, escandaletes internos, investigación para ubicar la fuga en la AFIP y así rodó la primera cabeza: Jorge Enrique Linskens, subdirector de Sistemas y Telecomunicaciones. La ofensiva contra PáginaI12 se profundizó y descargaron su furia contra el único medio que había detectado esos blanqueos, o por lo menos, el único que se atrevió a publicarlos, un medio que rompe la uniformidad de la información y se ubica por fuera del control del oficialismo. Imponer uniformidad en la información es atacar un rasgo primario de cualquier democracia. El gobierno ya lo venía haciendo con recortes drásticos a una pauta publicitaria que el diario recibió durante todos los gobiernos anteriores.
Esta vez el ataque fue contra Víctor Santa María, como cabeza del Grupo Octubre, el cual integra ahora PáginaI12. Pero el ataque no es contra una persona porque es evidente que se produce como reacción a una publicación del diario, y a través de ese ataque busca silenciar a una de las pocas voces críticas de este gobierno. Se trata de completar un cuadro nefasto: este gobierno ya tiene presos políticos como Milagro Sala y sus compañeros, una desaparición forzada en el marco de la represión a la protesta social, como la de Santiago Maldonado, y ahora se encamina hacia la censura de un diario crítico de sus políticas como es PáginaI12. No es casual que use como punta de lanza a otro diario. El insólito editorial de La Nación del 5 de septiembre forma parte de esa reacción del gobierno por la publicación de los blanqueos que realizaron los familiares, amigos cercanos y socios del presidente y de otros funcionarios. El editorial de La Nación no se publicó antes, ni mucho después, sino con pocos días de diferencia con la nota de Verbitsky. La intención de amedrentar es clara: son los famosos “carpetazos” del arsenal escabroso de este gobierno, la mayoría de las veces con información forzada o directamente inventada por los servicios de inteligencia y amplificada por los medios compinches, como La Nación.