La multinacional agraria Cargill ha decidido asumir el liderazgo y convertirse en el primer gran mensajero empresarial que le lleve malas noticias a Donald Trump. Al igual que diversos expertos, la compañía ha advertido al presidente estadounidense, que aún no lleva 100 días en el cargo, que las políticas proteccionistas que propone suponen una amenaza a la economía mundial y podría provocar una guerra comercial con China.
El director ejecutivo de Cargill, David MacLennan, ha advertido de que el riesgo de que comience un conflicto comercial con el país asiático está "creciendo", teniendo en cuenta la retórica y mentalidad que hay en Estados Unidos y en el planeta en su conjunto.
En este sentido, ha señalado que el comercio se ha convertido en el "chivo expiatorio" al que culpar por un "amplio rango de problemas sociales", una "excusa conveniente". Por ello ha abogado por explicar mejor los beneficios del comercio "al trabajador fabril en el Medio Oeste americano así como al granjero europeo".
"Somos una compañía establecida en Estados Unidos, pero sabemos que un tercio de las tierras de cultivo del país se plantan para exportarse; exportaciones que alimentan a gente en otras partes del mundo", apuntó MacLennan en el encuentro FT Commodities Global Summit.
La promesa de "hacer América grande de nuevo" que enarboló Trump durante toda su campaña electoral y que le sirvió de eslógan lo ha dirigido hacia el abandono de pactos comerciales multilaterales como el TPP para defender en su lugar la firma de tratados bilaterales en los que Estados Unidos tenga mayor capacidad de imponer sus condiciones.
Sobre esta cuestión, MacLennan ha subrayado en su discurso que espera que el abandono del TPP sea una "pausa temporal en las relaciones comerciales entre EEUU y Asia. Porque cuando el comercio es restringido, el motor económico se debilita en ambos lados de la ecuación. Las protecciones hacen más daño que beneficio". Aunque ha dejado un resquicio para la esperanza: "las tendencias proteccionistas son cíclicas".
Trump también ha llamado a renegociar el TLCAN - que integra a México, Canadá y Estados Unidos, NAFTA por sus siglas en inglés - un acuerdo que MacLennan ha considera mejorable: "Cualquier cosa que tenga 24 años merece ser revisada y refinada, pero no directamente rechazada". Al fin y al cabo, uno de los sectores más favorecidos por el TLCAN es el agrario.
Pero la crítica al proteccionismo no se dirige sólo a Estados Unidos, sino a nivel mundial, advirtiendo de que "la proliferación mundial actual de posturas comerciales basadas en el 'yo primero' amenazan con desestabilizar décadas de progreso y acuerdos negociados", lamentando que "cada nuevo día parece traer nuevas noticias de otro país que se inclina más hacia el nacionalismo económico".
Sobre esta cuestión, ha resaltado la labor de la Organización Mundial de Comercio y alertado de lo caótico de un mundo globalizado sin acuerdos multilaterales, mientras que los bilaterales están dando paso de ser pactos de beneficio mutuo a otros que favorecen a uno de los dos lados.
El director ejecutivo de la compañía también ha alertado sobre la política migratoria del mandatario estadounidense, subrayando que son decisiones "basadas en el miedo en algunos casos; miedo de la inmigración o miedo de la gente que hace cosas malas que viene de otros países".
Cargill tiene unos ingresos anuales de más de 100.000 millones de dólares, siendo la mayor compañía del país por cifra de ventas. Cuenta con 150.000 empleados y opera en 70 países.
El director ejecutivo de Cargill, David MacLennan, ha advertido de que el riesgo de que comience un conflicto comercial con el país asiático está "creciendo", teniendo en cuenta la retórica y mentalidad que hay en Estados Unidos y en el planeta en su conjunto.
En este sentido, ha señalado que el comercio se ha convertido en el "chivo expiatorio" al que culpar por un "amplio rango de problemas sociales", una "excusa conveniente". Por ello ha abogado por explicar mejor los beneficios del comercio "al trabajador fabril en el Medio Oeste americano así como al granjero europeo".
"Somos una compañía establecida en Estados Unidos, pero sabemos que un tercio de las tierras de cultivo del país se plantan para exportarse; exportaciones que alimentan a gente en otras partes del mundo", apuntó MacLennan en el encuentro FT Commodities Global Summit.
La promesa de "hacer América grande de nuevo" que enarboló Trump durante toda su campaña electoral y que le sirvió de eslógan lo ha dirigido hacia el abandono de pactos comerciales multilaterales como el TPP para defender en su lugar la firma de tratados bilaterales en los que Estados Unidos tenga mayor capacidad de imponer sus condiciones.
Sobre esta cuestión, MacLennan ha subrayado en su discurso que espera que el abandono del TPP sea una "pausa temporal en las relaciones comerciales entre EEUU y Asia. Porque cuando el comercio es restringido, el motor económico se debilita en ambos lados de la ecuación. Las protecciones hacen más daño que beneficio". Aunque ha dejado un resquicio para la esperanza: "las tendencias proteccionistas son cíclicas".
Trump también ha llamado a renegociar el TLCAN - que integra a México, Canadá y Estados Unidos, NAFTA por sus siglas en inglés - un acuerdo que MacLennan ha considera mejorable: "Cualquier cosa que tenga 24 años merece ser revisada y refinada, pero no directamente rechazada". Al fin y al cabo, uno de los sectores más favorecidos por el TLCAN es el agrario.
Pero la crítica al proteccionismo no se dirige sólo a Estados Unidos, sino a nivel mundial, advirtiendo de que "la proliferación mundial actual de posturas comerciales basadas en el 'yo primero' amenazan con desestabilizar décadas de progreso y acuerdos negociados", lamentando que "cada nuevo día parece traer nuevas noticias de otro país que se inclina más hacia el nacionalismo económico".
Sobre esta cuestión, ha resaltado la labor de la Organización Mundial de Comercio y alertado de lo caótico de un mundo globalizado sin acuerdos multilaterales, mientras que los bilaterales están dando paso de ser pactos de beneficio mutuo a otros que favorecen a uno de los dos lados.
El director ejecutivo de la compañía también ha alertado sobre la política migratoria del mandatario estadounidense, subrayando que son decisiones "basadas en el miedo en algunos casos; miedo de la inmigración o miedo de la gente que hace cosas malas que viene de otros países".
Cargill tiene unos ingresos anuales de más de 100.000 millones de dólares, siendo la mayor compañía del país por cifra de ventas. Cuenta con 150.000 empleados y opera en 70 países.