Los inversores norteamericanos prevén que la Argentina podría tener, un dólar mayor a los $ 10 a finales de julio. El pronóstico surge de los contratos de dólar a futuro que se negocian fuera del país
Los NDF de la Argentina (Non-Deliverable Forward), que son los contratos que se negocian en Nueva York, son un termómetro de las estimaciones que tiene en mente el mercado sobre el tipo de cambio local, porque no están afectados por las intervenciones del Banco Central, como suele suceder con los que operan dentro del país, en el Mercado Abierto Electrónico y en el Rofex. Alguno de estos factores podría explicar por qué el año pasado en esta plaza se encontraron los pronósticos más acertados sobre el recorrido que mostró el tipo de cambio en los últimos meses.
En una nota del 9 de mayo del año pasado, este diario advirtió que los inversores de Nueva York habían empezado a suscribir estos NDF para protegerse de un ajuste que creían que llevaría el dólar hasta los $ 7,25 en diciembre de 2013 y hasta los $ 8,30 en mayo próximo. La realidad se acomodó, en poco tiempo, a tono con sus proyecciones: el tipo de cambio superó los $ 7,25 apenas 23 días después de la fecha que ellos habían previsto; y quedó ayer en los $ 7,78, a sólo 50 centavos de los $ 8,30 que habían previsto entonces para fin de mayo 2014. Los precios de estos derivados se desplomaron después del último 27 de enero, el día en que el Gobierno decidió subir abruptamente el tipo de cambio y liberar en forma parcial el cepo para ahorristas. Pero desde entonces siguen elevadas las expectativas de devaluación hacia el segundo semestre. Para cuando termine la Copa del Mundo, a fin de julio, los inversores creen que la Argentina tendrá un dólar oficial de $ 10,05; y para febrero del año que viene, uno de casi $ 12. Si estos niveles se confirman, el Gobierno habrá devaluado el peso un 23% en los próximos seis meses; y un 35% en los próximos doce.
Los actuales pronósticos incluirían el supuesto de que el problema cambiario no parece haber sido superado del todo, como consideran en algunas consultoras y en despachos oficiales. De acuerdo con estas proyecciones, la calma que se ve ahora en el mercado sería transitoria; la hemorragia de reservas se habría frenado sólo por efecto de la reciente normativa del Central que limitó drásticamente a los bancos la tenencia de dólares y, con esto, sus posibilidades de protegerse de una devaluación; y quedaría en suspenso en el segundo trimestre del año por la fuerte venta de dólares del agro, una vez que las cerealeras cumplan con el compromiso oral de liquidar los u$s 27.000 millones que sellaron tras reunirse con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Un dólar en los niveles que prevén en Nueva York está en línea con las proyecciones que trazaron en los últimos días en la calificadora de riesgo Moody’s. En esta agencia consideraron que el levantamiento parcial del cepo cambiario que resolvió la AFIP no alcanzó a disipar las dudas sobre la economía argentina y que, “en vez de calmar la ansiedad, la caótica política que se sigue probablemente perpetuará la incertidumbre y exacerbará la ansiedad”. Inversores y economistas ven en la persistencia de la inflación un factor que golpeará notablemente la competitividad cambiaria y forzará por esto al Gobierno a aplicar nuevas devaluaciones. Dentro del propio Poder Ejecutivo se asume que, en el mejor de los casos, la inflación podría frenarse este año en el 30% anual.
Fuente: Ambito.com
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