Una mujer conoce a un tipo en el bar. Conversan, se entienden y terminan marchádose juntos. Se van al apartamento de él y, mientras se lo enseña ella ve que el dormitorio está lleno de ositos de peluche todos bien acomodaditos. Los más grandes en la repisa de arriba, los medianos en el centro y los pequeños abajo. La mujer está sorprendida de que un hombre tenga esa colección de peluches, pero decide no comentarle nada, y se alegra de que él no tenga miedo a expresar su lado sensible (ese que tanto les gusta a las mujeres).
Ella lo mira a los ojos, se besan y a los pocos minutos ya están en la cama. Después de una intensa noche de pasión, ella, muy feliz con su hombre sensible, acurrucada junto a él, le pregunta:
- ¿Y bien? ¿Qué tal estuvo?
- Nada mal.....puedes retirar tu premio de la repisa del medio.
Ella lo mira a los ojos, se besan y a los pocos minutos ya están en la cama. Después de una intensa noche de pasión, ella, muy feliz con su hombre sensible, acurrucada junto a él, le pregunta:
- ¿Y bien? ¿Qué tal estuvo?
- Nada mal.....puedes retirar tu premio de la repisa del medio.