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UN ESTADISTA EN SERIO

5 participantes

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1UN ESTADISTA EN SERIO  Empty UN ESTADISTA EN SERIO Mar Oct 21 2014, 16:04

ARNOLD 2

ARNOLD 2

El 19 de octubre de 2014, se cumplió el Centenario del fallecimiento del General Julio A. Roca. Se trata del Presidente que gobernó más tiempo en los dos siglos de historia que lleva la Argentina: fue Presidente dos períodos constitucionales completos de seis años, con dos períodos intermedios de doce años en total. Fue el gran constructor del estado nacional y quien llevó a los hechos los ideales de otro tucumano, que fue Alberdi: podríamos decir que él fue el ideólogo y Roca el hacedor.

En su primer gobierno (1880-1886) unificó la moneda, concentró el poder militar en el gobierno nacional y sancionó la ley 1420 de educación obligatoria, gratuita y laica. Tuvo lugar la mayor inmigración hasta entonces, se multiplicó por varias veces la red de ferrocarriles y también el número de docentes, alumnos y escuelas. Creó el Consejo Nacional de Educación y designó al frente del mismo a Sarmiento y a Avellaneda lo nombró rector de la Universidad de Buenos Aires; limitó el poder de la Iglesia, firmó en 1881 el tratado de límites con Chile por el cual la Patagonia pasó a ser argentina sin discusión.

En su segunda presidencia (1898-1904) sancionó la ley del servicio militar obligatorio –que en su momento fue una democratización de la prestación militar–, a la vez que sancionó una reforma electoral en base al sistema británico de voto voluntario con elección por circunscripción. Dispuso la presencia soberana de Argentina en la Antártida y envió al Congreso un proyecto de reforma social con un Código del Trabajo –avanzado para su época– y un proyecto para transformar el sistema educativo vinculándolo con el mundo del trabajo. Inició también la ‘diplomacia presidencial’ concertando encuentros y entrevistas con los presidentes de Chile, Brasil y Uruguay (los primeros encuentros de este tipo de la historia); por último, fijó en el plano internacional la doctrina por la cual no se puede exigir el pago de deudas mediante la fuerza a los estados, conocida como ‘Doctrina Drago’.

Políticamente, Roca, junto con Yrigoyen y Perón, fue uno de los tres grandes líderes políticos de la Argentina que dieron origen a los tres movimientos que gobernaron el país durante décadas: Conservadurismo, Radicalismo y Peronismo.

Durante la Década Kirchnerista, Roca fue convertido en la ‘bestia negra’ de la historia argentina. Ello ha llevado a que en los manuales de enseñanza de historia argentina del secundario no se mencione que haya sido Presidente, aunque fue quien ejerció el cargo durante más tiempo y siempre en períodos constitucionales. En parte, la campaña contra Roca ha tenido que ver con la ‘desmilitarización de la historia’: que un militar profesional haya sido el gran constructor del estado nacional no encaja con la interpretación de la historia que la divide entre militares golpistas y civiles democráticos.

Esto no se corresponde a la realidad, donde las cosas han sido mucho más complejas y contradictorias. Este forzamiento de la historia ha llegado a plantear que la campaña para ocupar los territorios fuera del control del Estado nacional es un ‘adelanto o ensayo del genocidio de los años setenta del siglo XX’.

En cuanto a la política indígena, se cuestiona a Roca en función de afirmaciones erróneas. Lo primero a tener en cuenta es que en la campaña al Río Negro que realiza como Ministro de Guerra en la Presidencia de Avellaneda, se hizo en base a una ley sancionada por el Congreso de la Nación. La campaña fue para someter a las leyes del estado nacional a las tribus que no las aceptaban, unos 10.000 indios, que no reconocían la soberanía del estado nacional. La mayoría de las tribunas había aceptado su inserción en el Estado argentino; incluso la quinta parte de las fuerzas que comandó Roca eran indígenas al mando de sus caciques. En esta campaña murieron 1200 indios de pelea; no hubo exterminio ni aniquilación.

Que parte de los indios sometidos pasaran a formar parte de las Fuerzas Armadas, a trabajar en las estancias o a educarse en las escuelas de la orden salesiana, fueron políticas de inserción laboral y social, lógicas para la época.

Es interesante que el Revisionismo Kirchnerista, que cuestiona a Roca como la peor figura de la historia –tan es así que el Ejército no puede participar en ningún acto con memorativo del Centenario de Roca, aunque fue Teniente General y Presidente en dos períodos constitucionales– reivindica a Rosas, quien en su campaña al sur contra los indios dio muerte a 3400 de éstos como él mismo informa, es decir tres veces más que en la campaña de Roca en el mismo territorio. Además, la legislatura bonaerense en 1841 declara a Rosas ‘benemérito de la Patria’ por ‘haber matado 40.000 indios’. Esta información es inexacta, pero muestra la cultura imperante en la época de Rosas: se multiplicó por casi doce la cantidad de indios que había matado para enaltecer su figura.

Como líder político, Roca puede ser discutible, como lo son Yrigoyen y Perón, pero es en su rol de estadista y en su rol como ‘gran constructor del Estado nacional’, donde su figura debe ser reconocida, más allá de la polémica.


EN LA CONFUSION MIREMOS EL PASADO PARA PODER CONSTRUIR UN FUTURO MEJOR

UN NUEVO ROCA PUEDE MARCAR EL CAMINO PARA REVIVIR LA NACION

2UN ESTADISTA EN SERIO  Empty Re: UN ESTADISTA EN SERIO Mar Oct 21 2014, 16:38

Manitoba

Manitoba



UN NUEVO ROCA PUEDE MARCAR EL CAMINO PARA REVIVIR LA NACION

"Roca y el mito del genocidio"


Por Juan José Cresto


Hace poco más de un siglo, el 12 de octubre de 1904, el general Roca entregó al doctor Manuel Quintana los atributos de la presidencia de
La República. Había cumplido su segundo mandato, pero su influencia política desde 1880 había transformado el país. La Argentina era una
potencia respetada. El general Mitre, ya anciano y verdadero patriarca de la argentinidad, fue a su casa ese mismo día para felicitarlo por
su gestión: "Ha cumplido", le dijo parcamente, porque el juramento de su asunción, en 1898 lo había hecho ante el patricio.

Diez años después, el 19 de octubre de 1914, Roca moría en Buenos Aires. Los últimos años los dedicó a organizar su estancia La Larga,
levantando casas para su personal, cultivando arboledas y caminos y mejorando su hacienda. Se cumple este año el centenario de su
alejamiento del poder y noventa años de su fallecimiento. El país no lo ha recordado suficientemente.

En los últimos tiempos una historiografía carente de toda documentación sostiene que la expedición de Roca de 1879 contra los indios, fue un genocidio.
Ello revela supina ignorancia u oculta intereses de reivindicaciones territoriales. El tema indígena es complejo, porque abarca regiones muy diferentes,
desde los paisajes andinos atípicos hasta la cuña boscosa del Chaco, con razas que no eran ni son comparables, como los diaguitas, los abipones o los mapuches.
En el Sur, los pueblos araucanos procedían de Chile e ingresaron al hoy territorio nacional hacia principios del siglo XVIII, según lo refieren numerosos
historiadores de ese país, algunos con carácter reivindicatorio.

La pampa agreste estaba totalmente desierta, con algunos bolsones de pobladores aislados. En la provincia de Buenos Aires se denominaba
"poblador del Salado" a quien se instalaba más allá de ese importante río. Sin alambrados, sin títulos de propiedad, salvo antiguas mercedes
realengas, o con títulos imprecisos basados en la simple ocupación, el llamado "estanciero" era el ganadero que cuidaba vacas criollas, que
no tenían parecido con las de nuestra época, vivía con el cuchillo en la faja y dormía en un rancho que él mismo construía. Su beneficio
empresario consistía solamente en la explotación del cuero del vacuno, que canjeaba en la pulpería o en "las casas", o poblado más próximo.
Compartía, sí el temor al malón indígena.

Al caer la tarde, hacía recostar a su caballo en el suelo para ver la reacción del animal, cuya sensibilidad le permitía saber si la tierra
se movía. En ese caso, sabía que, a lo lejos, los indios galopaban y él debía huir, abandonando todo.

El horror del malón se ha descripto repetidas veces, pero hay que recordar que el indio fue temible cuando aprendió a montar el caballo
que trajo el europeo, para robar las vacas que también vinieron con los españoles y venderlas en Chile. También cuando aprendió a usar la
cuchilla de hierro, que también obtuvo de la industria del hombre blanco. Los aduares indígenas estaban llenos de cautivas, mujeres
blancas a las que se les hacía un tajo profundo en la planta de los pies para impedirles la fuga. Ellas tenían que soportar la indignación
y el odio de las mujeres indias de la tribu.

La historia argentina está llena de historias de pequeños y de muy grandes malones a lo largo de los siglos XVIII y XIX, hasta la decisiva ocupación de desierto por Roca.
La política de ocupación no se inicia con este exitoso militar, sino que continúa desde los primeros gobiernos patrios.
Rosas hizo una expedición contundente, pero después de Caseros las tribus se alinearon, unas con el gobierno
de la provincia de Buenos Aires y otras con el de la Confederación, participando en la política partidista.

Mitre quiso erradicar el delito en las pampas y no lo pudo lograr por tener que dedicar sus esfuerzos a la guerra del Paraguay. Sarmiento
sufrió grandes malones y la batalla de San Carlos de Bolivar es un verdadero hito de la historia. Avellaneda, que soportó una grave
crisis financiera internacional, tuvo una política de ocupación a través de su ministro Adolfo Alsina, quien hizo construir una larga
zanja de más de cuatrocientos kilómetros para evitar los malones, en una guerra defensiva sin mayores resultados.
Finalmente, Roca, que conocía el desierto, organizó una expedición ocupacional decisiva. Este joven general había ganado todos sus ascensos, uno tras otro, en los campos de batalla.

¿Estaba Roca ocupando tierras de indios? La respuesta es categóricamente negativa. Esas tierras desiertas comienzan a ser
ocupadas con las expediciones pobladoras de la España colonizadora del siglo XVI que, repetimos, trajeron el caballo y la vaca. Los indios
iniciaron su ocupación 180 años después.

Los indígenas americanos precolombinos estaban radicados en mínimas parcelas de territorio y aprovecharon los descubrimientos,
invenciones, ingreso de animales antes desconocidos y la tecnología del blanco para su expansión territorial.

Pero existen algunas consideraciones que hay que sopesar: la expedición debe adjudicarse al gobierno del presidente Avellaneda,
quien designó para comandarla a su ministro de guerra, el general Julio Argentino Roca, en estricto cumplimiento de la ley del 25 de
agosto de 1867, demorada doce años por las dificultades políticas y económicas del país. "La presencia del indio -decía la ley- impide el
acceso al inmigrante que quiere trabajar." Para financiar la expedición se cuadriculó la pampa en parcelas de 10.000 hectáreas y se
emitieron títulos por la suma de 400 pesos fuertes cada uno, que se vendieron en la Bolsa de Comercio. Aunque prohibieron la adquisición
de dos o más parcelas contiguas, esta venta fue la base de muchas de las fortunas argentinas.

La ley, la expedición y la organización fueron discutidas en el Congreso y votadas democráticamente. Todo el país, toda la población
de la Nación, quería terminar con este oprobio, desde el Congreso y los gobiernos provinciales hasta los periódicos, sin excepción.

Roca organizó la expedición y a ella se incorporaron no solamente cuerpos militares, sino también periodistas, hombres de ciencia y
funcionarios. El periodista Remigio Lupo la integró como corresponsal del diario La Prensa y remitió sus crónicas. Monseñor Antonio Espinosa
publicó su diario, con noticias muy valiosas de todo lo mucho que vio, pero también escribieron hombres de ciencia, como los doctores Adolfo
Doering y Pablo Lorenz, y naturalistas, como Niederlein y Schultz, que estudiaron la flora, la fauna y las condiciones del suelo.

Acompañaron también enfermeros y auxiliares. Los indios prisioneros y los niños, mujeres y ancianos fueron examinados por sus dolencias,
vacunados y muchos de ellos remitidos a diversos hospitales de la muy precaria Buenos Aires de esos días.

Ahora bien: ¿puede creerse que toda estas personas y otras que siguieron paso a paso la expedición pueden ser cómplices de silencio
en caso de genocidio? ¿Se concibe un secreto de cinco mil personas? ¿Lo hubiera permitido un humanista como el presidente Avellaneda?
La única realidad es que la llanura pampeana quedó libre de malones y que a los indígenas se les asignaron grandes reservas, si bien es cierto
que individuos inescrupulosos les cercenaron posteriormente muchas de sus parcelas con supuestos derechos, actitud reprobable, sin duda, que
forma parte de litigios del derecho civil.

Por otra parte, mencionar al indio como tal es un insulto. ¿Por qué indio? El es, simplemente, un argentino entre treinta y siete millones
de habitantes, con los mismos derechos y obligaciones que todos. No merece ningún tratamiento especial ni más derechos que otros, pero
tampoco ninguna tacha que lo invalide, que lo relegue o que lo menoscabe, porque tiene también todas las prerrogativas constitucionales.
Es nuestro conciudadano y, por lo tanto, nuestro hermano. Merece y tiene todo nuestro fraterno afecto. No más, no menos.
Lo contrario es indigno y discriminatorio.

Lo que se quiso hacer y efectivamente se hizo fue concluir con los asaltos a pueblos indefensos y poner la tierra fértil a disposición de
la población para ser trabajada. En efecto, en menos de 25 años a la Argentina se la llamaba "la canasta de pan del mundo".

El 12 de octubre de 1880, Roca juró como presidente de la República, por haber vencido a Tejedor en las elecciones. Hizo un gobierno
histórico: concluyó el tratado de límites con Chile, en 1881; desarrolló la instrucción pública; construyó escuelas; extendió los
ferrocarriles. Los inmigrantes agricultores comenzaron a agruparse en colonias. Se estibaron miles de bolsas de trigo en las estaciones.


El pedestal de la gloria de Roca está en sus dos gobiernos y en su orientación política, mucho más que en la ocupación del desierto, pero
ésta es un timbre de honor de su biografía. Con el tiempo, a través de personas que no han leído específicamente sobre el tema o que tienen

otros intereses, se ha creado una fábula que gente de buena fe la ha creído, porque así se elaboran los mitos que después parecen "verdades
reveladas" de valor teológico. Felizmente, cualquier serio investigador de historia, cualquier estudioso del pasado que se
documente, se preguntará azorado: ¿qué genocidio?

El autor es director del Museo Histórico Nacional y presidente de la
Academia Argentina de la Historia.


3UN ESTADISTA EN SERIO  Empty Re: UN ESTADISTA EN SERIO Mar Oct 21 2014, 16:53

negroPereda

negroPereda

Una prueba mas de la Historia impuesta.
–Hubo campos de concentración en Valcheta, Martín García, Chichinales, Rincón del Medio, Malargüe, entre otros. Son todos lugares donde se encierran a las personas prisioneras sin destino fijo. La autoridad militar era la dueña de la vida y muerte de ellos. La idea era de depósito porque iban a ser distribuidos. Eran prisioneros y esclavos. Se recibían pedidos de Tucumán, ingenios, de Misiones, estancias. Llegaban como familias y se los separaba. Hay pruebas de la violencia, cartas entre curas y arzobispos. Había muerte por las condiciones a las que estaban sometidos, ahí está también el genocidio. Y también había suicidios por el trauma social al que estaban sometidos. Los padres sabían que les quitaban a sus hijos, lo veían y decidían matarse. O mujeres que se tiraban al agua con sus hijos. En Valcheta hay documentos donde se describe que no se les daba alimentos y morían de hambre.


–Existe mucha documentación oficial para discutir la historia "fabricada". Los archivos oficiales, Archivo General de la Nación, la Armada, los archivos de las provincias. Y archivos privados de personas, de militares que han escrito cartas. También documentos de la Iglesia: de ahí surgen datos de cientos de chicos destinados a Jujuy y Tucumán. Quedan claras las edades de servicio doméstico, chicos desde los 2 o 3 años y hasta los 8. Los adultos que eran destinados al cañaveral y morían con sus familias, eso también es parte del genocidio.
Fueron miles de personas que en una gran mayoría iban a parar como mano de obra esclava a las
estancias (sin paga alguna, solo comida) muertos no servían y solo en el caso de los muy rebeldes.
Roca no es discutido, Roca fue un criminal de la peor especie que no merece que una calle lleve su
nombre, tampoco merece estar en ningún billete, su "logro" mas importante fue haber exterminado
a los pueblos originarios.
La pregunta sería para que semejante matanza? ya que en el Sur esas tierras no fueron incorporadas
al trabajo, ni para agricultores ni para pionero.....solo para latifundistas, sin dudas un gran negocio,
para las élites y despues vienen con aquello que; el Pais Agroexportador fue un éxito!!
Por favor, busquen buena bibliografía y lean, se los pido como una gauchada medio especial, la gente
común, erl pueblo entero...agradecido.-

4UN ESTADISTA EN SERIO  Empty Re: UN ESTADISTA EN SERIO Mar Oct 21 2014, 19:02

avion



Te vieron sentadito acá, porqué no te dejás de decir boludeces

[url=UN ESTADISTA EN SERIO  Ajwfpu]

5UN ESTADISTA EN SERIO  Empty Re: UN ESTADISTA EN SERIO Mar Oct 21 2014, 19:59

FOXTERRIER

FOXTERRIER

Avión: Dejalo al simio, se cree un docto, un erudito, pero es solamente un eructo!!!

6UN ESTADISTA EN SERIO  Empty Re: UN ESTADISTA EN SERIO Miér Oct 22 2014, 12:33

negroPereda

negroPereda

Lamento si algunos ignorantes quedan fuera de la conversación.......circulen por favor, circulen,
en el fondo hay lugar!!!

7UN ESTADISTA EN SERIO  Empty Re: UN ESTADISTA EN SERIO Miér Oct 22 2014, 13:01

avion



Che, Monotributista B, te quedó cómodo o ya te baila?????

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