Después de haberse cometido un robo en el convento de monjas, se presentó la policía.
Pregunta el policía:
- ¿Qué es lo que se robaron Madre Superiora?
- Cien sábanas.
- Anote eso, dice el policía al secretario.
Todas las monjas dicen en coro:
- ¡Y nos querían envenenar!
Continúa el policía:
- ¿Otra cosa que les robaron madre?
- ¡Ah! sí...se robaron unos vasos.
- Anote eso, dice el policía al secretario.
Otra vez el coro de las monjas:
- ¡Y nos querían envenenar!
El capitán se queda pensativo y pregunta:
- ¿Cómo es eso que las querían envenenar?
- Es que los ladrones nos decían; ¡si no se callan les echamos unos polvos!
Pregunta el policía:
- ¿Qué es lo que se robaron Madre Superiora?
- Cien sábanas.
- Anote eso, dice el policía al secretario.
Todas las monjas dicen en coro:
- ¡Y nos querían envenenar!
Continúa el policía:
- ¿Otra cosa que les robaron madre?
- ¡Ah! sí...se robaron unos vasos.
- Anote eso, dice el policía al secretario.
Otra vez el coro de las monjas:
- ¡Y nos querían envenenar!
El capitán se queda pensativo y pregunta:
- ¿Cómo es eso que las querían envenenar?
- Es que los ladrones nos decían; ¡si no se callan les echamos unos polvos!