Cristina Fernández y su entorno no conciben una movilización espontanea, toda su carrera política la han realizado empujando aparatos clientelares para que los aplaudan. Además, desde 2012, cuando fueron las dos primeras inmensas movilizaciones opositoras, el kirchnerismo sabe que tiene perdida la calle y que no la van a poder recuperar si no es con la violencia, una senda que, por ahora, nadie se atreve a transitar.
Los Kirchner llegaron al poder cargando una denuncia por enriquecimiento ilícito, a propósito de los famosos fondos de Santa Cruz en el exterior. Aquella causa judicial fue a parar a lo de Juan Galeano, a quien se le exigió que la cerrara "en forma satisfactoria" para Néstor Kirchner antes de su 1er. viaje a España. Pero Galeano no cumplió con aquel reclamo y fue el verdadero inicio de su derrumbe, en medio de la causa Amia. La corrupción K no fue un tema decisivo durante el resto del mandato de Néstor porque la sociedad decidió corromperse: nada debía interrumpir el efecto benigno del 'viento de cola'. Hubo una excepción: el 'caso Skanska' , en 2005. Pero, en verdad, la corrupción K recién regresó con la valija repleta de dólares que no era de Guido Antonini Wilson sino de Pdvsa, para la campaña de Cristina, aunque Antonini Wilson la aceptó como propia ante la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Aduana argentina. Aquel escándalo explotó semanas antes de la crisis con el campo, en 2009. Más tarde ocurriría el triple asesinato en General Rodríguez, e irrumpió otra vez la corrupción en la financiación de la campaña presidencial de Cristina. Sin embargo, durante años ella consiguió quedar afuera de las imputaciones... hasta el 'caso Hotesur'.
Ahora, en emergencia judicial.
Los Kirchner llegaron al poder cargando una denuncia por enriquecimiento ilícito, a propósito de los famosos fondos de Santa Cruz en el exterior. Aquella causa judicial fue a parar a lo de Juan Galeano, a quien se le exigió que la cerrara "en forma satisfactoria" para Néstor Kirchner antes de su 1er. viaje a España. Pero Galeano no cumplió con aquel reclamo y fue el verdadero inicio de su derrumbe, en medio de la causa Amia. La corrupción K no fue un tema decisivo durante el resto del mandato de Néstor porque la sociedad decidió corromperse: nada debía interrumpir el efecto benigno del 'viento de cola'. Hubo una excepción: el 'caso Skanska' , en 2005. Pero, en verdad, la corrupción K recién regresó con la valija repleta de dólares que no era de Guido Antonini Wilson sino de Pdvsa, para la campaña de Cristina, aunque Antonini Wilson la aceptó como propia ante la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Aduana argentina. Aquel escándalo explotó semanas antes de la crisis con el campo, en 2009. Más tarde ocurriría el triple asesinato en General Rodríguez, e irrumpió otra vez la corrupción en la financiación de la campaña presidencial de Cristina. Sin embargo, durante años ella consiguió quedar afuera de las imputaciones... hasta el 'caso Hotesur'.
Ahora, en emergencia judicial.