9 meses de cárcel y 3 azotes con caña a 2 alemanes por vandalismo en Singapur
Elton Hinz, de 21 años, y Andreas Von Knorre, de 22, se declararon culpables ante el juez.
Dos ciudadanos alemanes han sido condenados en Singapur a tres azotes con caña y nueve meses de cárcel por pintar grafitis en el metro, lo que está considerado un acto vandálico en la rígida ciudad-Estado, informan hoy los medios locales.
Elton Hinz, de 21 años, y Andreas Von Knorre, de 22, se declararon culpables ante el juez ayer de haber entrado al menos tres veces de madrugada en una zona reservada del metro el pasado noviembre y haber pintado vagones con pintura indeleble, según el diario local The Straits Times.
Los dos alemanes, que trabajan en Australia, llegaron de visita a Singapur el 4 de noviembre y entre el 6 y el 8 cometieron las citadas violaciones.
Abandonaron la Ciudad-Estado poco después y fueron localizados en Bangkok por los cuerpos de seguridad locales y detenidos el 20 de noviembre en Kuala Lumpur para ser deportados a Singapur posteriormente.
El delito de vandalismo se castiga con hasta tres años de prisión y ocho azotes en Singapur, una pequeña nación orgullosa del orden, la limpieza y las buenas maneras, donde la venta de chicle está tajantemente prohibida por considerarse "daño público".
Elton Hinz, de 21 años, y Andreas Von Knorre, de 22, se declararon culpables ante el juez.
Dos ciudadanos alemanes han sido condenados en Singapur a tres azotes con caña y nueve meses de cárcel por pintar grafitis en el metro, lo que está considerado un acto vandálico en la rígida ciudad-Estado, informan hoy los medios locales.
Elton Hinz, de 21 años, y Andreas Von Knorre, de 22, se declararon culpables ante el juez ayer de haber entrado al menos tres veces de madrugada en una zona reservada del metro el pasado noviembre y haber pintado vagones con pintura indeleble, según el diario local The Straits Times.
Los dos alemanes, que trabajan en Australia, llegaron de visita a Singapur el 4 de noviembre y entre el 6 y el 8 cometieron las citadas violaciones.
Abandonaron la Ciudad-Estado poco después y fueron localizados en Bangkok por los cuerpos de seguridad locales y detenidos el 20 de noviembre en Kuala Lumpur para ser deportados a Singapur posteriormente.
El delito de vandalismo se castiga con hasta tres años de prisión y ocho azotes en Singapur, una pequeña nación orgullosa del orden, la limpieza y las buenas maneras, donde la venta de chicle está tajantemente prohibida por considerarse "daño público".