La intuición del resultado es bien sencilla y el comienzo del título del artículo, “A Modigliani-Miller Theorem” nos da una pista. El teorema original de Modigliani-Miller nos dice que, de nuevo bajo ciertas condiciones (básicamente mercados financieros que funcionen correctamente y ausencia de distorsiones fiscales), la estructura financiera de una empresa es irrelevante en un sentido bien concreto. El valor presente del flujo de beneficios antes de impuestos y pago de intereses de una empresa es independiente de cómo dividimos el pasivo entre capital y deuda: o vendemos el producto que fabricamos o no lo vendemos, pero cómo la producción de este se financia es irrelevante para nuestra posición en el mercado. A lo único que afecta la división entre capital y deuda es quién se queda con los beneficios generados, los propietarios o los deudores y cuánto apalancamiento tienen los primeros. Cuentan que cuando a Miller le dieron el Nobel y le pidieron que explicara el teorema, respondió que daba igual dividir una pizza en 6 porciones o 12, uno seguía teniendo una sola pizza. Pues eso, los beneficios antes de intereses (la pizza) se pueden dividir de una manera u otra, pero siguen siendo los mismos.