El escándalo mundial de corrupción en el fútbol, que hoy obligó a Joseph Blatter a renunciar a la presidencia de la FIFA, empezó a golpear a dos de los más altos funcionarios del gobierno nacional, Carlos Zannini y Aníbal Fernández, que sufren los coletazos de las acusaciones contra Alejandro Bruzaco y José Luis Meiszner.
El dueño de Torneos, sobre quien pesa una alerta roja de la Interpol, tenía en Zannini a su principal aliado adentro de la Casa Rosada, sobre todo después de la muerte de Julio Grondona que fue su mentor y protector, y quien lo devolvió al negocio de la televisación del fútbol, como reveló LPO.
Fuentes ligadas al negocio del fútbol explicaron a este medio que pese a que Fútbol para Todos está en la órbita de la jefatura de Gabinete (y lo maneja formalmente Pablo Paladino, un funcionario de Aníbal), en realidad todas las decisiones las tomaba Zannini, y a él reportaba directamente Burzaco. “En los hechos, era su jefe. Todo lo definía él”, indicaron.
El empresario había ganado un poder más que considerable en la confederación sudamericana a partir de su manejo de los derechos de televisación de los partidos. Lo mismo en AFA, aunque el grueso de los derechos del fútbol argentino es del Gobierno. La investigación encabezada por la procuradora estadounidense Loretta Lynch sobre los sobornos a dirigentes, explica por qué Burzaco ganó tantas posiciones.
Las fuentes señalaron que el vínculo entre Burzaco y Zannini era tan cercano que el funcionario habría intervenido en su favor en una de las negociaciones por derechos de televisación que ahora está en la mira de la justicia estadounidense. Se trataría presumiblemente de la negociación por la Copa América.
En ese momento, operadores argentinos acercaron a un grupo muy importante de empresarios extranjeros que proponían pagar alrededor del doble de lo que pagaban Burzaco y sus socios. Incluso, ponían sobre la mesa un contrato por los derechos de varias copas por hasta 100 millones de dólares. Pero no hubo manera de romper la negativa de Grondona y Zannini de dejar afuera a Burzaco, explicaron las fuentes.
Con el dueño de Torneos buscado por Interpol, por estas horas Zannini estaría más que inquieto con las posibles derivaciones del caso. Aunque el secretario legal no está vinculado con ningún papel que lo comprometa con la investigación, sí teme algún efecto político.
El amigo de Aníbal
Más complicado que Zannini aparece el jefe de Gabinete, ya que su histórico aliado José Luis Meiszner es uno de los nombres que podría estar en el horizonte de los investigadores estadounidenses y hasta se especula con un posible cercano pedido de captura.
Meiszner actualmente es el secretario general de la Conmebol (que según la acusación pide sobornos desde 1991) y el candidato de Aníbal para la presidencia de la AFA. Histórica mano derecha de Grondona, es el principal aliado de Fernández en el club Quilmes, del que el jefe de Gabinete es presidente y Andrés Meiszner vice. Tiempo atrás, Aníbal también le dio a Meiszner hijo la conducción del RENAR y un cargo en el Senado.
De acuerdo a la presentación de la Justicia estadounidense, se especula con que Meiszner sea uno de los “co-conspiradores”. Anoche, el programa Minuto Uno de C5N adelantó que en las próximas horas podría pedirse la captura del secretario general de la Conmebol.
Como si fuera poco, tras el estallido del escándalo se reflotó una causa que complica y mucho al quilmeño. El juez Claudio Bonadío desempolvó una investigación que él mismo había congelado y volverá a ir tras una denuncia por supuestas cuentas bancarias de Meiszner en paraísos fiscales.
La denuncia data de 2011 y, según el diario Perfil, sostenía que Meiszner tendría "cuentas bancarias radicadas en el exterior con fondos públicos y/o privados proveniente de negocios ilícitos realizados a partir de su función". "El denunciante Isaac Pedro Meta apuntaba a tres cuentas: dos a nombre de una sociedad denominada Lanzar Investment Trust Inc., en el Caledonian Bank Limited de las Islas Caimán por US$ 7,6 millones y en el Banque Bruxelles Lambert de Suiza por US$ 2,1 millones; y una tercera a nombre de la firma Morrison Corp Ltd., en el Bank Vontovel AG de Suiza por poco más de US$ 1 millón", dice el diario.
“No tuve ni tengo cuentas bancarias fuera de la Argentina. Tampoco formo parte de ninguna sociedad. Fui durante 34 años abogado de una de las empresas más importantes del país, Cervecería Quilmes. De esa denuncia nunca tuve ninguna notificación, nunca hemos sido citados. No tengo ninguna otra vinculación con el exterior más que una tarjeta de crédito”, se defendió Meiszner.
La explosión del caso de corrupción en la FIFA, con las posibles derivaciones sobre el secretario general de la Conmebol, y el resurgimiento de la investigación sobre las cuentas bancarias, derivan casi inexorablemente en el naufragio de su candidatura a presidente de la AFA, impulsada por Aníbal Fernández.
La otra parte del Gobierno, que responde a Máximo Kirchner, empuja la reelección de Luis Segura, que de todos modos también quedó golpeado por el escándalo en la FIFA. Es que el dirigente avaló el cambio de postura y le retiró el voto a Blatter, lo que generó la furia del resto de la comisión directiva, siempre afín a respetar lo que hacía en vida Grondona.
El dueño de Torneos, sobre quien pesa una alerta roja de la Interpol, tenía en Zannini a su principal aliado adentro de la Casa Rosada, sobre todo después de la muerte de Julio Grondona que fue su mentor y protector, y quien lo devolvió al negocio de la televisación del fútbol, como reveló LPO.
Fuentes ligadas al negocio del fútbol explicaron a este medio que pese a que Fútbol para Todos está en la órbita de la jefatura de Gabinete (y lo maneja formalmente Pablo Paladino, un funcionario de Aníbal), en realidad todas las decisiones las tomaba Zannini, y a él reportaba directamente Burzaco. “En los hechos, era su jefe. Todo lo definía él”, indicaron.
El empresario había ganado un poder más que considerable en la confederación sudamericana a partir de su manejo de los derechos de televisación de los partidos. Lo mismo en AFA, aunque el grueso de los derechos del fútbol argentino es del Gobierno. La investigación encabezada por la procuradora estadounidense Loretta Lynch sobre los sobornos a dirigentes, explica por qué Burzaco ganó tantas posiciones.
Las fuentes señalaron que el vínculo entre Burzaco y Zannini era tan cercano que el funcionario habría intervenido en su favor en una de las negociaciones por derechos de televisación que ahora está en la mira de la justicia estadounidense. Se trataría presumiblemente de la negociación por la Copa América.
En ese momento, operadores argentinos acercaron a un grupo muy importante de empresarios extranjeros que proponían pagar alrededor del doble de lo que pagaban Burzaco y sus socios. Incluso, ponían sobre la mesa un contrato por los derechos de varias copas por hasta 100 millones de dólares. Pero no hubo manera de romper la negativa de Grondona y Zannini de dejar afuera a Burzaco, explicaron las fuentes.
Con el dueño de Torneos buscado por Interpol, por estas horas Zannini estaría más que inquieto con las posibles derivaciones del caso. Aunque el secretario legal no está vinculado con ningún papel que lo comprometa con la investigación, sí teme algún efecto político.
El amigo de Aníbal
Más complicado que Zannini aparece el jefe de Gabinete, ya que su histórico aliado José Luis Meiszner es uno de los nombres que podría estar en el horizonte de los investigadores estadounidenses y hasta se especula con un posible cercano pedido de captura.
Meiszner actualmente es el secretario general de la Conmebol (que según la acusación pide sobornos desde 1991) y el candidato de Aníbal para la presidencia de la AFA. Histórica mano derecha de Grondona, es el principal aliado de Fernández en el club Quilmes, del que el jefe de Gabinete es presidente y Andrés Meiszner vice. Tiempo atrás, Aníbal también le dio a Meiszner hijo la conducción del RENAR y un cargo en el Senado.
De acuerdo a la presentación de la Justicia estadounidense, se especula con que Meiszner sea uno de los “co-conspiradores”. Anoche, el programa Minuto Uno de C5N adelantó que en las próximas horas podría pedirse la captura del secretario general de la Conmebol.
Como si fuera poco, tras el estallido del escándalo se reflotó una causa que complica y mucho al quilmeño. El juez Claudio Bonadío desempolvó una investigación que él mismo había congelado y volverá a ir tras una denuncia por supuestas cuentas bancarias de Meiszner en paraísos fiscales.
La denuncia data de 2011 y, según el diario Perfil, sostenía que Meiszner tendría "cuentas bancarias radicadas en el exterior con fondos públicos y/o privados proveniente de negocios ilícitos realizados a partir de su función". "El denunciante Isaac Pedro Meta apuntaba a tres cuentas: dos a nombre de una sociedad denominada Lanzar Investment Trust Inc., en el Caledonian Bank Limited de las Islas Caimán por US$ 7,6 millones y en el Banque Bruxelles Lambert de Suiza por US$ 2,1 millones; y una tercera a nombre de la firma Morrison Corp Ltd., en el Bank Vontovel AG de Suiza por poco más de US$ 1 millón", dice el diario.
“No tuve ni tengo cuentas bancarias fuera de la Argentina. Tampoco formo parte de ninguna sociedad. Fui durante 34 años abogado de una de las empresas más importantes del país, Cervecería Quilmes. De esa denuncia nunca tuve ninguna notificación, nunca hemos sido citados. No tengo ninguna otra vinculación con el exterior más que una tarjeta de crédito”, se defendió Meiszner.
La explosión del caso de corrupción en la FIFA, con las posibles derivaciones sobre el secretario general de la Conmebol, y el resurgimiento de la investigación sobre las cuentas bancarias, derivan casi inexorablemente en el naufragio de su candidatura a presidente de la AFA, impulsada por Aníbal Fernández.
La otra parte del Gobierno, que responde a Máximo Kirchner, empuja la reelección de Luis Segura, que de todos modos también quedó golpeado por el escándalo en la FIFA. Es que el dirigente avaló el cambio de postura y le retiró el voto a Blatter, lo que generó la furia del resto de la comisión directiva, siempre afín a respetar lo que hacía en vida Grondona.