MONSANTO. Cuando la avaricia rompe el saco. Proliferarán los insectos mutantes. La toxina Bt y el glifosato destruyen las tripas.
Por Montserrat Mestre
Los científicos lo advirtieron y al fin ha sucedido: los insectos han desarrollado resistencia a las toxinas que llevan incorporadas los cultivos transgénicos diseñados para terminar con ellos.
El principal perjudicado es el maíz Bt que lleva incorporado el gen de una bacteria que segrega toxinas letales para dos plagas del maíz. Así lo ha comprobado un estudio de la Universidad estatal de Iowa financiado por Monsanto y el Departamento de Agricultura de los EEUU.
Las soluciones que proponen los investigadores no son del agrado de la industria: que las plantaciones de transgénicos deben ser compartidas al 50% con cultivos normales para evitar que prospere el insecto resistente. Hace una década que las compañías se vienen negando a seguir este sistema porque significa reducir el negocio.
Los investigadores advierten que muchos agricultores seguirán plantando maíz transgénico y tendrán que utilizar pesticidas para combatir a las plagas que se han hecho inmunes, con lo cual la industria del transgénico se habrá pegado un tiro en el pie.
Cabe recordar, además, que la toxina Bt presente en el máiz transgénico es considerada responsable de causar problemas de salud en 18 millones de estadounidenses. Un estudio reciente del Instituto de Tecnología Responsable (http://www.responsibletechnology.org) en el que confluyeron datos del Departamento de Agricultura de EEUU y de la Agencia de Protección Ambiental, concluyó que produce daños de 5 tipos en el aparato digestivo humano:cambios en la permeabilidad intestinal, en la flora bacteriana, activación inmune y respuesta alérgica y daños en la pared intestinal. Estas alteraciones serían las causantes de los trastornos intestinales que se han disparado en los últimos años en los EEUU, como la alergia al gluten, la enfermedad celíaca y distintas enfermedades inflamatorias intestinales.
Los expertos señalan que la toxina Bt y el glifosato sobreviven al proceso de la digestión y causan graves daños al pasar al intestino. La toxina Bt está presente en cada grano de maíz y conserva su poder de perforar incluso células humanas.
Por Montserrat Mestre
Los científicos lo advirtieron y al fin ha sucedido: los insectos han desarrollado resistencia a las toxinas que llevan incorporadas los cultivos transgénicos diseñados para terminar con ellos.
El principal perjudicado es el maíz Bt que lleva incorporado el gen de una bacteria que segrega toxinas letales para dos plagas del maíz. Así lo ha comprobado un estudio de la Universidad estatal de Iowa financiado por Monsanto y el Departamento de Agricultura de los EEUU.
Las soluciones que proponen los investigadores no son del agrado de la industria: que las plantaciones de transgénicos deben ser compartidas al 50% con cultivos normales para evitar que prospere el insecto resistente. Hace una década que las compañías se vienen negando a seguir este sistema porque significa reducir el negocio.
Los investigadores advierten que muchos agricultores seguirán plantando maíz transgénico y tendrán que utilizar pesticidas para combatir a las plagas que se han hecho inmunes, con lo cual la industria del transgénico se habrá pegado un tiro en el pie.
Cabe recordar, además, que la toxina Bt presente en el máiz transgénico es considerada responsable de causar problemas de salud en 18 millones de estadounidenses. Un estudio reciente del Instituto de Tecnología Responsable (http://www.responsibletechnology.org) en el que confluyeron datos del Departamento de Agricultura de EEUU y de la Agencia de Protección Ambiental, concluyó que produce daños de 5 tipos en el aparato digestivo humano:cambios en la permeabilidad intestinal, en la flora bacteriana, activación inmune y respuesta alérgica y daños en la pared intestinal. Estas alteraciones serían las causantes de los trastornos intestinales que se han disparado en los últimos años en los EEUU, como la alergia al gluten, la enfermedad celíaca y distintas enfermedades inflamatorias intestinales.
Los expertos señalan que la toxina Bt y el glifosato sobreviven al proceso de la digestión y causan graves daños al pasar al intestino. La toxina Bt está presente en cada grano de maíz y conserva su poder de perforar incluso células humanas.