Arnoldos no podes ser tan ...., esa plata es super blanca.
te adjunto
Eduardo Elsztain es el presidente y mayor accionario del grupo IRSA, firma dedicada a las inversiones inmobiliarias y agropecuarias. También es titular del Banco Hipotecario.
Pero hay un dato que lo vuelve aún más importante: en las últimas semanas se ha vuelto un asiduo visitante de la Casa Rosada, más específicamente el despacho de Cristina Kirchner. No lo hace en secreto, sino a la vista de todos y a través de la agenda oficial.
La Presidenta no oculta su cercanía con Elsztain, a quien ha comenzado a mencionar de manera repentina en sus extensos discursos. Su presencia incluso puede verse ocupando los lugares más privilegiados cada vez que habla la primera mandataria. ¿Por qué este repentino acercamiento a este “empresario”, que sorprende hasta a los propios ministros de Cristina? ¿Puede desconocer la Presidenta los antecedentes de su nuevo "bendecido"?
Para conocer quién es Eduardo Elsztain solo basta leer el libro “La mafia judía en la Argentina” del empresario y escritor sanjuanino Fabián Spollansky, una investigación sólida y muy bien documentada.
Allí, se desnudan millonarios hechos de corrupción que involucran a familias de gran renombre, como Mindlin, Zang, Bergel y Viñes, y muchos otros. Quien aparece a la cabeza de esos desaguisados es el mismísimo Elsztain, mentor de uno de los escándalos más asombrosos de las últimas décadas: la privatización del Banco Hipotecario.
En esa trama aparecen funcionarios del menemismo y el kirchnerismo, nadie se salva, y hasta involucra la famosa bolsa de Felisa Miceli. El escándalo llegó a tal nivel, que el titular de IRSA debió irse a Estados Unidos hasta que cesaron las repercusiones en su contra.
A continuación, se transcriben dos extractos de “La mafia judía”: el primero deja expuesto el vínculo entre Elsztain, Cristina Kirchner y el apriete a las entidades del campo; el segundo, relata los imperdibles pormenores del hallazgo de la bolsa de dinero en el baño del Ministerio de Economía, entonces comandado por Felisa Miceli.
Episodio 1: Elsztain, las retenciones y el apriete mafioso
En pleno conflicto del campo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se entrevistó con Eduardo Sergio Elsztain. Los contenidos exactos del diálogo se desconocen. Lo que sí se sabe es que Elsztain fue invitado porque es el principal latifundista cerealero y sojero de la Argentina, influyente, a la vez, sobre las cuatro organizaciones ruralistas —Sociedad Rural, Federación Agraria Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas y Coninagro— y empresario de confianza en las esferas de decisión del gobierno.
En el mes de enero del 2008 Eduardo Sergio Elsztain se entrevistó lejos de los despachos oficiales con Martín Lousteau, entonces ministro de economía, y le sugirió elevar "nuevamente" las retenciones. Estas ya habían sido elevadas dos veces durante el 2007.
Más allá de los intereses fiscales en juego, Elsztain necesitaba esta medida para incrementar aún más su ganancia extraordinaria. Sabido es que existe una ganancia extraordinaria básica por el precio internacional y porque la demanda sigue creciendo en el Extremo Oriente.
Pero para poder hacer más fáciles los negocios de penetración terrateniente en Brasil, en Paraguay y en el Este boliviano, le hace falta a la mafia más y más dinero. Esos recursos deben ser extraídos de la gran masa de productores en negro, que ante el crecimiento de las retenciones habrían de quedar a merced de los acopladores y de los grandes cerealistas exportadores, de los cuales Elsztain y su amigo Marcos Marcelo Mindlin, son los primeros.
El negocio es simple. Cualquier persona puede entender esta lógica de la superganancia fácil sobre un sujeto extorsionado doblemente, por el aparato fiscal del gobierno y por el gran capital concentrado.
Una asociación perfecta: la mafia obteniendo una ganancia extorsiva, mediante la utilización, no de pistolas o "luparas", sino de un arma mucho más efectiva, el aparato fiscal del Estado.
La gran masa de productores en negro, aquellos a los que el propio fisco no incorpora deliberadamente, se ve obligada a realizar operaciones a pérdida que para intermediarios, acopladores y cerealistas exportadores son ganancia redonda. Eso motivó el larguísimo paro granario en rechazo a la política fiscal del gobierno, que a los cerealistas no les significó absolutamente ningún riesgo ni mucho menos, costo adicional. Encabezados por la mafia Elsztain, trajeron 4 millones de toneladas de soja del Paraguay que llegaron a Rosario en convoyes de balsas por la Hidrovía del Paraná.
La larga huelga agraria produjo desabastecimiento y, a la vez, un tremendo desprestigio del gobierno, pero los grandes cerealistas silenciosamente, siguieron ganando dinero y consolidaron su expansión en todo el MERCOSUR. La mafia Elsztain avanza rápidamente en el territorio sojizado. Lo obtenido como ganancia extraordinaria con la crisis lo utilizará para extender sus latifundios en Goiás y en el Matto Grosso.
Pero así como se sirve del fisco para extorsionar a los más débiles del circuito productivo, pasa por sobre este cuando se trata de lavado de dinero. El domingo 22 de junio del 2008 se conocieron detalles del lavado de divisas de la Argentina, realizado por grandes capitalistas, noticia que fue difundida por el diario Crítica, en una nota del director de ese medio, Jorge Lanata, que reproducimos íntegra en el apéndice. Uno de los principales lavadores de dinero es Marcos Marcelo Mindlin, socio y amigo de Elsztain. Operaba por medio de JP Morgan, y uno de los ejecutivos de esta banca, Hernán Arbizu, denunció las maniobras en Estados Unidos y en la Argentina.
Episodio 2: pormenores de la bolsa de Miceli
Eduardo Elsztain telefónicamente me comunica que puedo mantener una reunión con un tal arquitecto Grinberg con el objeto de llegar a un acuerdo luego de que mi empresa obtuviera un fallo favorable en primera instancia del juicio que le iniciáramos al Banco Hipotecario SA por daños y perjuicios en el año 2000.
Esa reunión con Grinberg, director en representación del Estado, según me enteré en ese momento, se realizó en el sexto piso del BHSA, en el comedor de los directores del grupo IRSA, donde hizo alardes de manejo y de poder con respecto a Miceli y Elsztain.
Lo único que me queda claro de esa reunión es que él estaba allí puesto por Felisa Miceli (ministra de economía del momento), cosa que me lo dijo en un tono altamente amenazador, agregando que era el encargado de los arreglos entre Elsztain y la Miceli.
A partir de los problemas de la Miceli con los ladrillos de dinero constante y sonante encontrados en el baño de su despacho y todo lo acontecido con relación a todos estos hechos, comprendí por qué este arquitecto Grinberg se encontraba ahí, lo cual me decidió llamarlo a Elzstain por teléfono para decirle lo que yo opinaba sobre ese tema.
Intenté comunicarme a la oficina del Elsztain. Su secretaria me informó que le expresara por mail todo lo que yo quisiera decir, cuestión que entendí como una negativa a recibir mi llamado.
Entonces decidí escribirle un mail a Eduardo Elzstain manifestándole que él no se sentía lo suficientemente satisfecho con:
-Lo mal que estaba dejando a la colectividad judía con semejante comportamiento por el tema de la Miceli y los sobornos y las denuncias que lo involucraban a él y al BHSA.
-Perjudicar a la gente mediante las operatorias del BHN que incluyeron tanto a las empresas originantes y constructoras, como a los adjudicatarios de créditos.
-Con las Obligaciones Negociables emitidas por el BHSA por más de 1200 millones de dólares, que nunca pagó y le significaron presentarse en un APE (Acuerdo Preventivo Extraconcursal) generándole más de un centenar de pedidos de quiebra, tema que al día de la fecha no está resuelto.
-Los problemas de Elzstain, Mindlin, Zang, Viñes, y sus colaboradores, en forma personal y de sus sociedades con la Comisión Nacional de Valores.
-Las pérdidas que arrojó el BHSA desde que lo maneja el grupo IRSA. S El vaciamiento que le estaban produciendo al BHSA. •S Todas las denuncias penales que tenían.
-El BHSA estaba técnicamente quebrado según el Acuerdo Preventivo Extraconcursal.
-Destituir a dos funcionarios puestos por la ministra.
-Bajar y comerse "literalmente" una ministra de Economía de un país, cosa que en mi vida había escuchado.
-El embargo de las acciones que tenía el estado en un fideicomiso en Estados Unidos y que un abogado de su entorno (socio de Zang, asesor del BHSA, asesor de Irsa, etc.) Martín Esteban Paolantonio, las realizó con el consentimiento de la Miceli.
Con todo énfasis le manifesté hasta dónde llegaba su soberbia y angurria, (dos de los pecados capitales) y que no le importaba nada de lo que ocurriera con toda la gente que perjudicaba, mandando al muere a dos delfines suyos, y a la ministra misma, lo que le auguré que por ese camino iba a terminar igual que Beraja.
Ese mail lo tenía en la carpeta de borradores y me pareció muy fuerte para mandarlo, pero como le hablé por teléfono y la secretaria me dijo que no me iba a atender personalmente y que todo lo hiciera vía mail, lo estuve pensando un día entero, hasta que se lo mostré a Nancy, mi señora...Ella me decidió:
"Sí. Si es la verdad, mándaselo".
Se lo mande a eso de las 14 y 45 horas - Le dije a Nancy:
"Ahora me llama..."
No pasaron más de 15 minutos y suena el celular y veo una llamada de Buenos Aires. Atiendo y era la secretaria de Elsztain, preguntándome si lo podía atender al "Señor Eduardo". Le contesté: "Nunca le negué un llamado a nadie, páseme con él. No tengo ningún problema en atenderlo".
Con un tono muy agradable Eduardo Elsztain me comienza a dar una serie de explicaciones respecto del mail que yo le había escrito, diciendo por ejemplo:
"No estoy de acuerdo con vos en lo que me escribiste, no es tan así. Yo no tengo nada que ver con el episodio del baño de la ministra. Nunca antes llegamos a un acuerdo con tu empresa (respecto al litigio que mantenemos) porque los dos somos judíos y un acuerdo entre nosotros no iba a ser bien visto en el ministerio de economía donde yo tengo que rendir cuentas permanentemente de todos los actos del BHSA.
Fue entonces cuando le dije: “Me parece raro que me hayas llamado por teléfono para explicarme o rendirme cuentas a mí de algo que se lo tendrás que explicar a la justicia en su momento”, a lo que agregó, por la alusión a Beraja: “Las maldiciones no me llegan”.
- Le contesté: “Es una bendición que alguien que no fuera de tu entorno te hiciera reflexionar y decirte las cosas como son y cómo las ve el común de los mortales”.
Luego de lo cual se despidió en buenos términos.
Y me quedé pensando que todo lo que le escribí era tan cierto, tan real, que había llegado a él no como una ofensa, sino como un destape de la verdad, que vulneró su soberbia y lo obligó a mostrar debilidad, llamándome a mi celular.
Era tan patético lo que le escribí y a la vez tan verosímil que se molestó tanto hasta perder el orgullo y la dignidad. No aguantó las ganas de decirme cosas que le traicionaban el subconsciente. Como se dice, lo puse en el llano.
No me hubiera llamado, si el mail que le envié no hubiera dicho la verdad, esa misma verdad que no quería escuchar.
Seguí cavilando y descubrí que me había equivocado en algo: Elsztain no va a terminar igual que Beraja. Va a terminar mucho peor.
Cabe agregar
Sergio Spollansky se define a sí mismo como un “luchador incansable en defensa del judaísmo, contra los mafiosos que perjudican su comunidad y son fuente de antisemititismo dando argumentos a los reaccionarios y a los neonazis”.
El escritor sanjuanino sostiene que “la colectividad judía tiene que liberarse de los mafiosos que han crecido en su interior, y de la secta Jabad Lubavitch, conducida por un amigo de Elsztain, el rabino Grumblat, secta que constituye la estructura de fundamentación ideológica de los Madoff y los Elsztain”.
Una de sus proclamas más importantes bien podría prender en el discurso del progresismo que en estos días inunda ciertas usinas oficiales: “Hay que nacionalizar el Banco Hipotecario para terminar con otra de las manifestaciones del saqueo y la depredación que vienen del menemismo y han sido continuadas.
Carlos Forte