SIN RETENCIONES:
RANSOM, Kansas, EE.UU.—El cinturón agrícola de Estados Unidos se encamina a marcar un nuevo hito: pronto habrá menos de dos millones de haciendas en el país por primera vez desde que los pioneros colonizaron el oeste tras la compra de Luisiana.
Un declive de varios años en los precios del maíz, el trigo y otras materias primas agrícolas como consecuencia de un exceso mundial de granos ha obligado a muchos agricultores a endeudarse. Algunos están abandonando la actividad, generando temores de que se produzca la mayor ola de cierres de haciendas desde los años 80.
La participación estadounidense en el mercado global de granos es menos de la mitad que el nivel que tenía en los años 70. El Departamento de Agricultura proyecta que una caída de 9% en los ingresos de los agricultores del país en 2017, el cuarto declive anual consecutivo en lo que constituye el mayor bajón del sector desde la Gran Depresión de los años 30.
“Uno ahorra en esto y lo otro y de repente ya no queda de dónde ahorrar”, cuenta Craig Scott, un agricultor de quinta generación de esta localidad de Kansas.
Desde el frente de la casa de su padre, el agricultor de 56 años puede ver el ventoso lugar donde estaba la vivienda de adobe de sus bisabuelos en 1902, cuando plantaron la primera de las cerca de 500 hectáreas en la que la familia cultiva hoy alfalfa, sorgo y trigo. Pero incluso después de haber tenido una de las mejores cosechas de trigo el año pasado, gracias a la lluvia abundante y un invierno benigno, Scott no está seguro de poder mantener el negocio a flote.
Los costos de las semillas, el fertilizante y el equipamiento han subido tanto y los precios de los granos han bajado tanto que de todas maneras perdió más de US$300 por hectárea. Ante el temor de una nueva pérdida, Scott optó por no plantar cerca de 70 hectáreas de trigo de invierno, o casi un tercio de la superficie habitual. No es un caso aislado. Los agricultores estadounidenses plantaron en esta temporada la menor área de trigo de invierno en más de un siglo.
“Ya nadie sólo cultiva granos”, lamenta Deb Stout, cuyos hijos Mason y Spencer se dedican a la hacienda de la familia, de unas 800 hectáreas, en Sterling, Kansas, a unos 190 kilómetros de Ransom. Spencer también trabaja como mecánico mientras que Mason es un cartero sustituto. “Contar con un empleo adicional parece ser la única forma de lograrlo”, dice Deb.
Ella y su esposo ya solicitaron protección de la ley de bancarrota en el pasado. Los agricultores en las inmediaciones de Sterling registraron una pérdida promedio de US$6.400 en 2015, el último año del cual hay cifras disponibles, después de una ganancia de US$80.800 el año anterior, según la Kansas Farm Management Association.
La agricultura siempre ha sido un negocio marcado por los ciclos de auge y caída. Hoy, los vaivenes son más pronunciados y menos predecibles gracias a la internacionalización de la economía agrícola, donde más países exportan alimentos y nutren a sus respectivas poblaciones.
enfin...