Agricultores hoy
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Los posteadores más activos de la semana
ARNOLD 2
EPPURE SI MUOVE  Vote_lcapEPPURE SI MUOVE  Voting_barEPPURE SI MUOVE  Vote_rcap 
negroPereda
EPPURE SI MUOVE  Vote_lcapEPPURE SI MUOVE  Voting_barEPPURE SI MUOVE  Vote_rcap 
tito90
EPPURE SI MUOVE  Vote_lcapEPPURE SI MUOVE  Voting_barEPPURE SI MUOVE  Vote_rcap 

Flujo RSS

Yahoo! 
MSN 
AOL 
Netvibes 
Bloglines 



No estás conectado. Conéctate o registrate

EPPURE SI MUOVE

3 participantes

Ir abajo  Mensaje [Página 1 de 1.]

1EPPURE SI MUOVE  Empty EPPURE SI MUOVE Mar Jun 26 2018, 23:14

ARNOLD 2

ARNOLD 2

La Tierra sobrevivirá; nosotros, tal vez no
Es posible que la Tierra se salve sola del  cambio climático, pero no nuestra civilización.


Por  Adam Frank

En 1968, el astronauta William Anders miró hacia afuera desde su cápsula en la misión Apolo 8 que orbitaba alrededor de la Luna y vio a la Tierra de color azul que emergía sobre el grisáceo horizonte lunar. Fue la primera vez que alguien vio un “amanecer lunar” y la foto que tomó se volvió icónica.

En ella, nuestro planeta se ve solo y frágil en contraste con lo negro del espacio. A cincuenta años, la foto de Anders sigue siendo un resumen visual de la apremiante necesidad de salvar al planeta de nuestro pésimo comportamiento. Pero ¿qué tal si hemos malinterpretado el significado real de esa imagen? De hecho, ¿qué quiere decir eso de “salvar” a la Tierra?

Si el vehículo espacial de Anders hubiera alcanzado la cima lunar 55 millones de años antes, se habría encontrado con un sofocante planeta selvático tan caliente que casi no tenía hielo ni nieve. Si la visita hubiera ocurrido 700 millones de años atrás, habría visto una “bola de nieve”, pues la Tierra estaba cubierta por capas de hielo de kilómetros de grosor. Y si hubiera aterrizado en nuestro planeta hace 3000 millones de años, su primera experiencia, de haberse quitado el casco, habría sido una muerte rápida por asfixia. Esa Tierra, que ya albergaba vida, tenía aire, pero no oxígeno.

Todas estas versiones de la Tierra tienen algo en común: estaban profundamente moldeadas por la vida. Fue la vida que actuaba a través de los microbios lo que ayudó a echar a andar algunas de las fases de “bola de nieve” de la Tierra. Fue la vida en la forma de bacterias de un azul verdoso lo que le dio por primera vez a la Tierra su atmósfera de oxígeno. Desde que el geoquímico Vladimir Vernadsky acuñó el término “biósfera”, los científicos han considerado a la vida como un actor en igualdad de condiciones en el drama de la historia de la Tierra.

La biósfera es una potencia cósmica por derecho propio. Es una fuerza planetaria que canaliza energías enormes que fluyen desde el Sol y las transforma en rondas sinfín de innovación evolutiva impredecible. Esa fuerza le da a la Tierra y a su biósfera una resiliencia a largo plazo que hoy en día debemos imaginar por completo para comenzar a asimilar el cambio climático que estamos provocando.

Hablamos de “salvar” a la Tierra como si fuera un conejito que necesitara de nuestra ayuda. Mostramos imágenes de osos polares demacrados sobre hielos flotantes que se derriten para provocar un sentimiento de culpa e incitar a la acción a favor del medioambiente. Sin embargo, esas imágenes y reportajes nos ciegan ante la realidad de este momento destacado en la historia de la Tierra.

Nuestro planeta no necesita que lo salvemos. La biósfera ha soportado cataclismos mucho peores que el que representamos nosotros y tras millones de años prosperó de nuevo. Incluso las cinco temibles extinciones masivas en la Tierra se convirtieron en posibilidades para la creatividad de la biósfera y generaron nuevas rondas de experimentos evolutivos. Después de todo, así fue como nosotros, los mamíferos de cerebros grandes, terminamos dominando la Tierra en lugar de nuestros antecesores, los dinosaurios. Como alguna vez lo dijo la gran bióloga Lynn Margulis: “Gea es una dura resistente”. A la larga, la biósfera se hará cargo de prácticamente cualquier cosa que le arrojemos, incluyendo el cambio climático.

No obstante, lo que la historia de la Tierra sí deja en claro es que, si no tomamos las medidas correctas pronto, la biósfera simplemente seguirá su curso sin nosotros, y creará nuevas versiones de sí misma en el clima cambiante que estamos generando ahora. Así que seamos sinceros: el problema no es salvar a la Tierra ni a la vida en general, sino salvar a nuestra apreciada civilización. Desde esa perspectiva, la naturaleza de nuestras opciones cambia significativamente.

La última era del hielo terminó hace aproximadamente diez mil años y el planeta entró en un largo periodo de estabilidad mayoritariamente cálido y húmedo. Los científicos llaman a esta época geológica el Holoceno. La historia completa de nuestra civilización ocurre dentro de esta etapa. Todas nuestras revoluciones en la agricultura, la construcción de ciudades y la industria han sucedido durante el Holoceno. Pero este periodo está terminando ahora y nosotros lo hemos provocado. El impacto humano, en particular el cambio climático, está alterando el funcionamiento del planeta.

En respuesta, los científicos ven surgir una nueva época en la evolución de la Tierra, que llaman el Antropoceno. Sin embargo, la creación de una versión sustentable a largo plazo de la civilización en el Antropoceno plantea un nuevo y profundo conjunto de preguntas que seguirán siendo un misterio para nosotros mientras sigamos obsesionados con salvar a la Tierra.

Por ejemplo: ¿qué es la naturaleza? Desde la perspectiva de la biósfera, una ciudad no es fundamentalmente distinta de un bosque. Ambos son resultado de los interminables experimentos evolutivos de la vida. Y los bosques, igual que los pastizales, los insectos y los microbios productores de oxígeno, fueron alguna vez una innovación evolutiva. En ese sentido nosotros, y nuestro proyecto civilizador, no somos una plaga en el planeta. Solo somos lo que la biósfera está haciendo en este momento. Así que la pregunta se convierte en qué cambios debemos hacer para seguir siendo “lo que está haciendo” dentro de varios milenios.

Una civilización de nuestra escala siempre tendrá efectos en la biósfera. Imaginarse algo distinto es ignorar las leyes de los planetas que hemos descubierto muy recientemente (las leyes de la física, la química y la biología). También es ignorar la propia historia de la biósfera, en la que las especies ubicuas y “exitosas” siempre tienen un impacto. Nuestra misión no puede ser eliminar el impacto, lo que sería imposible dado nuestro tiempo de vida, sino tener el tipo correcto de impacto reducido.

Tenemos que establecer una relación cooperativa con la biósfera —que ni siquiera hemos imaginado aún— en la que todos se beneficien. Esto implica entender lo que hace a la biósfera —con nosotros todavía en ella— más fuerte, innovadora y resiliente. No obstante, es poco probable que todas las especies de la Tierra hagan ese viaje con nosotros. Puede ser que el fitoplancton microscópico le importe más a este tipo de biósfera saludable que nuestros amados osos polares. Tendremos que enfrentar decisiones difíciles con profundas consecuencias éticas. Pretender que podemos extender el Holoceno a perpetuidad sin esas consecuencias nos puede conducir a un desastre mayor que hacerles frente con conocimiento.

Reconocer esto —que a la larga la Tierra continuará sin nosotros— no nos absuelve de la necesidad de actuar de manera urgente. No justifica la negación del cambio climático ni el vandalismo ecológico. Tampoco significa que somos libres para imponer sufrimiento a otras criaturas terrestres. En cambio, es aceptar la verdadera escala de nuestras responsabilidades con el planeta. Significa que debemos convertirnos en agentes de algo que la Tierra no ha visto antes: una biósfera consciente de sí misma y que puede actuar con miras a su futuro con compasión y sabiduría.

Adam Frank es profesor de Astrofísica en la Universidad de Rochester y autor de “Light of the Stars: Alien Worlds and the Fate of the Earth”.



©️ 2018 New York Times News Service

2EPPURE SI MUOVE  Empty Re: EPPURE SI MUOVE Jue Jun 28 2018, 09:08

zorba

zorba

El destino evolutivo de los dinosaurios fue surcar lo cielos, el destino evolutivo del hombre ¿cual será?

Pensar que no vamos ha hacer lo que ya hemos hechos es raro, mira la superficie construida sobre la superficie total, mira nuestra luces desde el espacio, nuestro impacto es global.

El detalle es que todavía somos frágiles y nuestro destino esta atado al de la gea.

Saludos

3EPPURE SI MUOVE  Empty Re: EPPURE SI MUOVE Jue Jun 28 2018, 09:44

ARNOLD 2

ARNOLD 2

el humano actual nunca podra vivir en otro lado , esta adaptado a este ambiente , por eso son ridiculos los viajes para colonizar otros mundos ...no podemos manejar este ...

adaptaciones de humanos quizas lo logren , seran otra cosa ...pero , para que ??

dijo Carl Sagan que es todo tan grande que no tiene sentido ir a ningun lado , pero si se podria enviar el pensamiento humano ...y otra vez lo mismo ...para que ??

es un gran negocio mantener vivo este tema ....

no hay una Solucion Ultima de la Humanidad , pero en el tiempo en que vivimos pareceria que habria que trabajar en el cerebro para erradicar lo que nos hace agresivos , asesinos, depredadores , sufridos , ....un mundo feliz podria ser posible ...pero , vale la pena ???

hoy yo trabajaria por controlar la natalidad , favorecer la educacion , preservar el medio ambiente , sustento basico universal , energias limpias , prolongacion de la juventud ,....

4EPPURE SI MUOVE  Empty Re: EPPURE SI MUOVE Vie Jun 29 2018, 19:35

negroPereda

negroPereda

La tierra agoniza sotreta....o buscamos alternativas o desaparecemos.
Control de natalidad ??? iremos a un mundo de viejos.
Eso que vos decis ...ya lo estan haciendo los Paises Nórdicos....como los envidio...no pierdo las esperanzas.-

5EPPURE SI MUOVE  Empty Re: EPPURE SI MUOVE Vie Jun 29 2018, 23:18

ARNOLD 2

ARNOLD 2

El científico que bautizó al "calentamiento global" advierte: "El daño será irreparable"

Cuando Wallace S. Broecker notó que la acumulación en la atmósfera de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero estaba haciendo subir la temperatura del planeta escribió un artículo que pasó a la historia: por primera vez bautizaba al "calentamiento global".

Eso fue en 1975. Varias décadas y estudios después, el científico estadounidense de 87 años no está sorprendido de la viralización del término: "Era una elección obvia", explica en diálogo con ámbito.com desde su casa en Nueva York.

A su entender, pese a conocer las consecuencias del cambio climático el mundo no está tomando las medidas que debería tomar, o por lo menos no a la velocidad requerida. "¡El problema se escapa más y más y nosotros nos movemos a paso de tortuga!", grafica.



Broecker, doctor en Geología por la Universidad de Columbia, donde además dictó clases sobre Ciencias Ambientales, elabora su top 4 de los principales riesgos que afrontamos: el deshielo y las extinciones inducidas por las migraciones, el blanqueamiento de los corales y las modificaciones en el régimen de lluvias.

¿Qué hacer? "Aquellos que lanzan dióxido de carbono a la atmósfera deben pagar por su captura y entierro", responde. Su método, que planteó hace ya muchos años, consiste en situar dispositivos en el desierto que retengan CO2 para luego licuarlo y almacenarlo en capas geológicas profundas. "Sabemos cómo hacerlo, pero ningún gobierno, con la excepción quizás de China, está dispuesto a financiar su desarrollo por sus costos", afirma.

Autor de más de 500 artículos, el científico estadounidense obtuvo la medalla nacional de ciencia del gobierno de su país por sus hallazgos, que revelaron, por ejemplo, cómo el océano absorbe los gases contaminantes de la atmósfera o de qué manera el clima de nuestro planeta puede cambiar de forma abrupta en cortos períodos de tiempo.

Los estudios abundan hoy en día y por las proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sabemos que para mediados de siglo el fenómeno causará desplazamientos de poblaciones, aumento de la pobreza, inseguridad alimentaria, incremento del nivel del mar con inundaciones y una mayor probabilidad de aparición de epidemias. Un cúmulo de malas noticias que Broecker quizás ni imaginaba cuando redactó su informe hace 43 años.



Por eso ahora, en el final de su carrera, el calentamiento global que lo hizo célebre sigue centrando sus mayores preocupaciones: "Cuanto más tiempo posterguemos las acciones decisivas para reducir la producción de CO2, mayores serán los costos de sus daños y mayores serán los daños irreparables", advirtió.

Contenido patrocinado



Volver arriba  Mensaje [Página 1 de 1.]

Temas similares

-

» A POUR NON SI MUOVE ...

Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.