¿Qué se ha hecho de bueno con semejante bonanza? Nada.
Los argentinos siguen transitando por rutas obsoletas, pobladas de autos y de camiones, donde viven codeándose con la muerte, mientras pagan por recorrerlas peajes convertidos en verdaderas aduanas interiores.
Dónde va a parar ese dinero, Dios y el gobierno lo sabrá.
De los ferrocarriles mejor no hablar, mientras Aerolíneas Argentinas, como dice la publicidad está “alta en el cielo”, en la tierra arroja una escalofriante pérdida de US$ 584.000.000 anuales.
Entre lo que pierde Aerolíneas Argentinas y lo se gasta en subsidiar al fútbol y las barrabravas que se ligan con los políticos y la droga, cuántos argentinos que viven humillados sumergidos en la pobreza extrema hubieran dejado de estarlo.
Para qué preguntarlo…
Ni Mariano Recalde ganaría lo que gana por no saber nada de administración de empresas aérocomerciales, ni muchos de La Cámpora tendrían empleos y serían obsecuentes de los recurrentes discursos de las hazañas de Ella y Él que solo existen en el relato, que se hizo añicos.
La educación y la salud pública mejor ni analizarla; resultaría redundantemente deprimente.
El narcotráfico se instaló de la mano de la negligencia, la corrupcion, la política.
La justicia desapareció. La impunidad la reemplazó.
La inseguridad se llevó infinidad de vidas y se la seguirá llevando.
Cristina es la única argentina que puede usar un Rolex de oro y brillnates sin temor que la maten. Tiene la fortuna de viajar en helicóptero y de estar custodiada por infinidad de personas que mantiene todo el pueblo, incluso los que no saben tan siquiera cómo se escribe o lee la marca del reloj suizo que la primera mandataria luce.
La otra inseguridad que la presidente de todos y todas impuso, la jurídica, más el cepo cambiario hizo que buena parte de las empresas existentes emigraran.
Las actividades que prosperaron sin freno fueron la instalación de casinos, bingos, departamentos privados donde se ejerce la prostitución, quioscos de venta de drogas, la venta ambulante, La Salada, la clandestinidad, la trata de personas.
Lo ilícito.
Las actividades lícitas no tienen en cuenta a la Argentina.
Otra estrella preponderante de lo ilícito que brilló -como nunca antes- durante estos años es la corrupción.
Los argentinos siguen transitando por rutas obsoletas, pobladas de autos y de camiones, donde viven codeándose con la muerte, mientras pagan por recorrerlas peajes convertidos en verdaderas aduanas interiores.
Dónde va a parar ese dinero, Dios y el gobierno lo sabrá.
De los ferrocarriles mejor no hablar, mientras Aerolíneas Argentinas, como dice la publicidad está “alta en el cielo”, en la tierra arroja una escalofriante pérdida de US$ 584.000.000 anuales.
Entre lo que pierde Aerolíneas Argentinas y lo se gasta en subsidiar al fútbol y las barrabravas que se ligan con los políticos y la droga, cuántos argentinos que viven humillados sumergidos en la pobreza extrema hubieran dejado de estarlo.
Para qué preguntarlo…
Ni Mariano Recalde ganaría lo que gana por no saber nada de administración de empresas aérocomerciales, ni muchos de La Cámpora tendrían empleos y serían obsecuentes de los recurrentes discursos de las hazañas de Ella y Él que solo existen en el relato, que se hizo añicos.
La educación y la salud pública mejor ni analizarla; resultaría redundantemente deprimente.
El narcotráfico se instaló de la mano de la negligencia, la corrupcion, la política.
La justicia desapareció. La impunidad la reemplazó.
La inseguridad se llevó infinidad de vidas y se la seguirá llevando.
Cristina es la única argentina que puede usar un Rolex de oro y brillnates sin temor que la maten. Tiene la fortuna de viajar en helicóptero y de estar custodiada por infinidad de personas que mantiene todo el pueblo, incluso los que no saben tan siquiera cómo se escribe o lee la marca del reloj suizo que la primera mandataria luce.
La otra inseguridad que la presidente de todos y todas impuso, la jurídica, más el cepo cambiario hizo que buena parte de las empresas existentes emigraran.
Las actividades que prosperaron sin freno fueron la instalación de casinos, bingos, departamentos privados donde se ejerce la prostitución, quioscos de venta de drogas, la venta ambulante, La Salada, la clandestinidad, la trata de personas.
Lo ilícito.
Las actividades lícitas no tienen en cuenta a la Argentina.
Otra estrella preponderante de lo ilícito que brilló -como nunca antes- durante estos años es la corrupción.