Los números del consumo minorista siguen luciendo desalentadores en los meses previos a las elecciones. A pesar de los intentos del gobierno por reactivarlo, reflejado en los planes de Ahora 12 y el Plan Junio 0km, así como una estabilidad cambiaria que impida un nuevo pico inflacionario, las ventas no logran superar las caídas. Las ventas en los supermercados llevan 11 meses de bajas reales interanuales, -13,5% en mayo. Si bien estimamos cierta recomposición del salario real para los próximos meses, no vemos un escenario positivo en cuanto al principal componente del PBI de cara a fin de año. De hecho, tras el carácter contractivo de la política monetaria, se puede notar un deterioro significativo de los créditos al sector privado, puntualmente los comerciales y los créditos de consumo. De desarrollarse este magro escenario, las paso pueden ser aún más determinantes para el mercado financiero, habida cuenta de la potencial ausencia de factores que impulsen grandes cambios en el electorado.