Como se sacan los trapitos entre ellos y la verdad se conoce. Lo deschavaron al pollo de Carrio y de los radicales (lo llevo Terragno de copiloto), Carrio linda piba también, por este tema cada vez me gusta menos.
Carlos Kunkel siempre intenta cohibir a los diputados opositores con gritos e insultos, que más de una vez ocasionaron fuertes cruces, como aquel trompazo que le propinó Graciela Camaño.
Ayer la víctima fue Martín Lousteau, pero esta vez el diputado de Florencio Varela develó una historia sobre el momento más tenso de la era kirchnerista.
Fue ni bien el economista exigió en un plenario de comisiones que los proyectos de ley lleguen al recinto con un debate mayor.
"Cayate vos, que cuando hiciste la 125 no la consultaste con nadie”, le gritó, en referencia a la frustrada resolución sobre las retenciones móviles firmada por el entonces ministro de Economía de Cristina Kirchner.
“¡Esto es increíble! ¡Los obligó Martín! ¡Los obligó Martín!”, se exasperó el radical Miguel Bazze, ante tamaña confesión de Kunkel.
Lousteau se puso colorado, tomó el micrófono casi temblando para responder, pero prefirió callar primero y reír después, ante las oportunas bromas que a su lado siempre le hace Fernando Sánchez, de la Coalición Cívica.
Como planteó Kunkel, la leyenda del kirchnerismo sólo contada en pequeñas tertulias es que Néstor Kirchner nada tuvo que ver con la redacción original de la resolución 125, que unió como nunca antes a las entidades agropecuarias en contra del Gobierno.
Cuatro meses antes, el aún presidente había aumentado otra vez el porcentaje de retenciones y con los precios internacionales en alza creía dejarle a su esposa el tema resuelto.
Pero el joven ministro consideró necesario un nuevo reajuste ante la inminente crisis financiera internacional y Cristina le dio vía libre, siempre según la versión oficial.
En la biografía escrita por Sandra Russo, la presidenta admitió que fue un error suyo haber aceptado la llegada de Lousteau a Economía, propuesto por Alberto Fernández.
Desatado el conflicto, el ex presidente optó por “ideologizarlo” para que no sea una batalla perdida. Tras cuatro meses de furia, la derrota llegó con el desempate de Julio Cobos en el Senado.
Hacia dentro del kirchnerismo contaron así los hechos hasta ayer habían evitado hacerlos públicos de esa manera, tal vez para evitar una reacción de Bazze, incrédulo ante la sola idea de que su ahora aliado en Unen le haya marcado la cancha a Néstor y a Cristina.
Supo que quizá Lousteau llegó a su lado reciclándose de un conflicto que quizá lo tuvo como ejecutor y no tanto como víctima.
Ayer, los legisladores del Frente para la Victoria no ocultaron su asombro. No sea cosa que el radical platense les haya revelado algo que nunca quisieron escuchar.
Carlos Kunkel siempre intenta cohibir a los diputados opositores con gritos e insultos, que más de una vez ocasionaron fuertes cruces, como aquel trompazo que le propinó Graciela Camaño.
Ayer la víctima fue Martín Lousteau, pero esta vez el diputado de Florencio Varela develó una historia sobre el momento más tenso de la era kirchnerista.
Fue ni bien el economista exigió en un plenario de comisiones que los proyectos de ley lleguen al recinto con un debate mayor.
"Cayate vos, que cuando hiciste la 125 no la consultaste con nadie”, le gritó, en referencia a la frustrada resolución sobre las retenciones móviles firmada por el entonces ministro de Economía de Cristina Kirchner.
“¡Esto es increíble! ¡Los obligó Martín! ¡Los obligó Martín!”, se exasperó el radical Miguel Bazze, ante tamaña confesión de Kunkel.
Lousteau se puso colorado, tomó el micrófono casi temblando para responder, pero prefirió callar primero y reír después, ante las oportunas bromas que a su lado siempre le hace Fernando Sánchez, de la Coalición Cívica.
Como planteó Kunkel, la leyenda del kirchnerismo sólo contada en pequeñas tertulias es que Néstor Kirchner nada tuvo que ver con la redacción original de la resolución 125, que unió como nunca antes a las entidades agropecuarias en contra del Gobierno.
Cuatro meses antes, el aún presidente había aumentado otra vez el porcentaje de retenciones y con los precios internacionales en alza creía dejarle a su esposa el tema resuelto.
Pero el joven ministro consideró necesario un nuevo reajuste ante la inminente crisis financiera internacional y Cristina le dio vía libre, siempre según la versión oficial.
En la biografía escrita por Sandra Russo, la presidenta admitió que fue un error suyo haber aceptado la llegada de Lousteau a Economía, propuesto por Alberto Fernández.
Desatado el conflicto, el ex presidente optó por “ideologizarlo” para que no sea una batalla perdida. Tras cuatro meses de furia, la derrota llegó con el desempate de Julio Cobos en el Senado.
Hacia dentro del kirchnerismo contaron así los hechos hasta ayer habían evitado hacerlos públicos de esa manera, tal vez para evitar una reacción de Bazze, incrédulo ante la sola idea de que su ahora aliado en Unen le haya marcado la cancha a Néstor y a Cristina.
Supo que quizá Lousteau llegó a su lado reciclándose de un conflicto que quizá lo tuvo como ejecutor y no tanto como víctima.
Ayer, los legisladores del Frente para la Victoria no ocultaron su asombro. No sea cosa que el radical platense les haya revelado algo que nunca quisieron escuchar.