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Se vive por encima de las posibilidades.
Puede que se fundamente con las causas más loables, pero es sencillamente inconsistente en el tiempo.
Por otra parte, desde el 2006 en adelante, el gasto público local -en relación al PBI- no sólo creció más que del promedio de los países latinoamericanos, sino que además trepó por encima del de las naciones desarrolladas.
"Entre los 60 países avanzados y emergentes cubiertos por el análisis del FMI ninguno registra un crecimiento del gasto público tan exorbitante como el observado en la Argentina. Se ha llegado a un punto en el que el Estado absorbe prácticamente la mitad del ingreso nacional, situación solo observada en un reducido grupo de países de muy alto desarrollo como Finlandia (58%), Dinamarca (55%), Francia (53%), Bélgica (52%), Austria (51%), Suecia (50%) y Holanda (48%)", concluye un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).
Los más amigos del keynesianismo dirán que en momentos críticos hay que aumentar el gasto público para otorgarle dinamismo a la economía. Los profesores de Economía ilustran esta teoría con la figura del pozo: cavar uno para volver a taparlo.
Bien podría tener lógica para un momento como el actual, en que la recesión golpea la puerta. Sin embargo, pierde efectividad porque se trata de un movimiento quirúrgico.
John Maynard Keynes entendía esta jugada como un "entrar y salir", no algo que se deja "ad eternum", como podría verse desde en los últimos años en la Argentina.
Es tiempo de afinar el lápiz y ver por dónde puede realizarse el recorte. Sí, dije recorte. No es una mala palabra...
A no ser que usted piense que contamos con las contraprestaciones de Suecia y Holanda.
Se vive por encima de las posibilidades.
Puede que se fundamente con las causas más loables, pero es sencillamente inconsistente en el tiempo.
Por otra parte, desde el 2006 en adelante, el gasto público local -en relación al PBI- no sólo creció más que del promedio de los países latinoamericanos, sino que además trepó por encima del de las naciones desarrolladas.
"Entre los 60 países avanzados y emergentes cubiertos por el análisis del FMI ninguno registra un crecimiento del gasto público tan exorbitante como el observado en la Argentina. Se ha llegado a un punto en el que el Estado absorbe prácticamente la mitad del ingreso nacional, situación solo observada en un reducido grupo de países de muy alto desarrollo como Finlandia (58%), Dinamarca (55%), Francia (53%), Bélgica (52%), Austria (51%), Suecia (50%) y Holanda (48%)", concluye un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).
Los más amigos del keynesianismo dirán que en momentos críticos hay que aumentar el gasto público para otorgarle dinamismo a la economía. Los profesores de Economía ilustran esta teoría con la figura del pozo: cavar uno para volver a taparlo.
Bien podría tener lógica para un momento como el actual, en que la recesión golpea la puerta. Sin embargo, pierde efectividad porque se trata de un movimiento quirúrgico.
John Maynard Keynes entendía esta jugada como un "entrar y salir", no algo que se deja "ad eternum", como podría verse desde en los últimos años en la Argentina.
Es tiempo de afinar el lápiz y ver por dónde puede realizarse el recorte. Sí, dije recorte. No es una mala palabra...
A no ser que usted piense que contamos con las contraprestaciones de Suecia y Holanda.