Desde el año 2011 la Argentina sumo conflictos con
51 paises (según Clorin).
La laboriosidad de los medios para difundir "estadísticas" o "indicadores" de todo tipo que indican que el país se va a la mierda, que estallará en pedazos en cuestión de horas y todos moriremos, no deja de sorprender.
En la tarea ocupan un lugar destacado los "indicadores" que nos comparan con otros países, o que sirven para demostrar (invariablemente) que somos el auténtico culo del mundo, y hay pocos o ninguno peor que nosotros: que el "Indice de la miseria en el mundo" del Instituto CATO, que el "Indice de corrupción" de "Transparency International", y así podríamos seguir.
Lo importante es demostrar que somos feos, sucios y malos, por culpa del kirchnerismo; aunque ocurran hechos objetivos -como la votación del martes pasado en la ONU- que lo desmientan, no dejarán de intentarlo, porque además tienen públicos: por una tara cultural muy arraigada, para muchos argentinos es importante "como nos ven en el mundo"; y para confiar en nuestras propias capacidades, necesitan que sean validadas desde afuera.
En ese contexto, leemos hoy en Clarín: un informe de la inestimable consultora de ocasión. Una disgresión necesaria sobre el tal Elizondo, convertido de un tiempo a esta parte en habitual proveedor de este tipo de sanatas para Clarín, La Nación y demás medios opositores: el hombre sangra por la herida contra el kirchnerismo desde que en febrero del 2010 siendo canciller Taiana, fue eyectado de su cargo de Director Ejecutivo de la Fundación Exportar; un emprendimiento mixto entre el Estado nacional y los sectores privados vinculados a la exportación.
Otra "cajita feliz" heredada del menemismo, donde el Estado pone plata y los negocios los hacen los privados, como el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (ver acá); en cuyo Consejo de Administración aparecen nenes de pecho como Héctor Méndez, que es el presidente (la nómina completa, acá).
Como sea, si nos vamos a fijar en los conflictos de un país a partir de las disputas por temas comerciales en la OMC, seamos serios y hablemos de todos, y todo el tiempo; porque son instancias creadas especialmente para esos fines; y así como hay países que nos denuncian a nosotros (por medidas aduaneras o de otro tipo para restringir importaciones) nosotros los denunciamos a ellos, por el cierre de sus mercados a ciertos productos (EEUU al limón y el acero por caso), o prácticas de subsidios o dúmping (la Unión Europea y los subsidios a la producción agrícola, las restricciones al biodiesel). Lo dice el propio artículo, pero Clarín cuenta con que la gran parte de sus lectores no pasa del título.
Y nadie se asombra ni se desgarra las vestiduras, es parte de las reglas de juego del comercio internacional y de los intereses de los países, que a veces son coincidentes y a veces contrapuestos.
Tanto como que hace unos días se recibió en la cancillería argentina un insólito planteo de los países de la Unión Europea porque el país pensaba en aumentar sus ventas a Rusia, a partir de la oportunidad que ofrecían las sanciones comerciales de la UE por el conflicto en Ucrania.
Así como hay conflictos que enfrenta el país y no los genera el gobierno, como por ejemplo los reclamos de Monsanto y otras empresas en los tribunales europeos porque nuestros productores agropecuarios no pagan royalties por las semillas; curiosamente omitido en la recopilación del amigo Elizondo.
Para que quede más claro aun que todas estas cuestiones son parte de una gran sanata, veamos el párrafo final de la nota de Clarín: "Aunque algunos (conflictos) se solucionaron, estuvieron los juicios internacionales ante el CIADI, el tribunal de arbitraje de conflictos comerciales del Banco Mundial. Y siempre presente, el reclamo de las Malvinas al Reino Unido, que Cristina y David Cameron subieron de tono en 2012, al cumplirse 30 años la guerra de 1982.".
O sea que para Clarín el conflicto por Malvinas lo habría generado la crispación del kirchnerismo, más o menos.
51 paises (según Clorin).
La laboriosidad de los medios para difundir "estadísticas" o "indicadores" de todo tipo que indican que el país se va a la mierda, que estallará en pedazos en cuestión de horas y todos moriremos, no deja de sorprender.
En la tarea ocupan un lugar destacado los "indicadores" que nos comparan con otros países, o que sirven para demostrar (invariablemente) que somos el auténtico culo del mundo, y hay pocos o ninguno peor que nosotros: que el "Indice de la miseria en el mundo" del Instituto CATO, que el "Indice de corrupción" de "Transparency International", y así podríamos seguir.
Lo importante es demostrar que somos feos, sucios y malos, por culpa del kirchnerismo; aunque ocurran hechos objetivos -como la votación del martes pasado en la ONU- que lo desmientan, no dejarán de intentarlo, porque además tienen públicos: por una tara cultural muy arraigada, para muchos argentinos es importante "como nos ven en el mundo"; y para confiar en nuestras propias capacidades, necesitan que sean validadas desde afuera.
En ese contexto, leemos hoy en Clarín: un informe de la inestimable consultora de ocasión. Una disgresión necesaria sobre el tal Elizondo, convertido de un tiempo a esta parte en habitual proveedor de este tipo de sanatas para Clarín, La Nación y demás medios opositores: el hombre sangra por la herida contra el kirchnerismo desde que en febrero del 2010 siendo canciller Taiana, fue eyectado de su cargo de Director Ejecutivo de la Fundación Exportar; un emprendimiento mixto entre el Estado nacional y los sectores privados vinculados a la exportación.
Otra "cajita feliz" heredada del menemismo, donde el Estado pone plata y los negocios los hacen los privados, como el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (ver acá); en cuyo Consejo de Administración aparecen nenes de pecho como Héctor Méndez, que es el presidente (la nómina completa, acá).
Como sea, si nos vamos a fijar en los conflictos de un país a partir de las disputas por temas comerciales en la OMC, seamos serios y hablemos de todos, y todo el tiempo; porque son instancias creadas especialmente para esos fines; y así como hay países que nos denuncian a nosotros (por medidas aduaneras o de otro tipo para restringir importaciones) nosotros los denunciamos a ellos, por el cierre de sus mercados a ciertos productos (EEUU al limón y el acero por caso), o prácticas de subsidios o dúmping (la Unión Europea y los subsidios a la producción agrícola, las restricciones al biodiesel). Lo dice el propio artículo, pero Clarín cuenta con que la gran parte de sus lectores no pasa del título.
Y nadie se asombra ni se desgarra las vestiduras, es parte de las reglas de juego del comercio internacional y de los intereses de los países, que a veces son coincidentes y a veces contrapuestos.
Tanto como que hace unos días se recibió en la cancillería argentina un insólito planteo de los países de la Unión Europea porque el país pensaba en aumentar sus ventas a Rusia, a partir de la oportunidad que ofrecían las sanciones comerciales de la UE por el conflicto en Ucrania.
Así como hay conflictos que enfrenta el país y no los genera el gobierno, como por ejemplo los reclamos de Monsanto y otras empresas en los tribunales europeos porque nuestros productores agropecuarios no pagan royalties por las semillas; curiosamente omitido en la recopilación del amigo Elizondo.
Para que quede más claro aun que todas estas cuestiones son parte de una gran sanata, veamos el párrafo final de la nota de Clarín: "Aunque algunos (conflictos) se solucionaron, estuvieron los juicios internacionales ante el CIADI, el tribunal de arbitraje de conflictos comerciales del Banco Mundial. Y siempre presente, el reclamo de las Malvinas al Reino Unido, que Cristina y David Cameron subieron de tono en 2012, al cumplirse 30 años la guerra de 1982.".
O sea que para Clarín el conflicto por Malvinas lo habría generado la crispación del kirchnerismo, más o menos.