Últimamente los datos de empleo en los Estados Unidos han sido buenos y esperanzadores, superando la creación de 200 mil puestos de trabajos hace ya varias meses (en diciembre se crearon 252mil contra los 240mil esperados). En sintonía, los reclamos de subsidios por desempleo han ido mermando semana tras semanas.
Durante todo el 2014, el empleo creado fue de 2.95 millones siendo el más grande desde 1999, obligando a las cifras de desempleo a caer a 5,6% lo cual iguala los registros de junio del 2008 previo al estallido de la crisis financiera.
Esto ha generado un elevado optimismo en el mercado que desespera por ver un mejoramiento notorio en la economía estadounidense y mundial que se ve reflejado en las subas records que han tenido las bolsas bursátiles durante el último año y medio.
La FED bien sabe que una recuperación plena del empleo es la mejor y más concreta herramienta financiera para crear un sólido ambiente económico. Ni los planes de rescate, ni la recompra de bonos, ni la intervención de las tasas de interés ni la constante impresión de dinero pueden sostener a una economía durante el tiempo. El empleo sí.
Pero la FED también sabe y comprende mejor que nadie, que la psicología del mercado es tan importante como los hechos en sí. Si los datos de empleo son buenos, el mercado responde sin siquiera interpretar lo que se informe en dichos reportes.
La mayoría de los empleos creados son puestos de baja remuneración y para que una economía resurja es necesario sueldos mejores pagos que son los que gastan en vestimenta, autos, electrónica, servicios y esparcimiento. A la vez, son los que más dejan a las arcas del Estado a través de los impuestos.
Al momento, tampoco alcanza para aquellos que sí trabajan en puestos calificados y bien remunerados, la inflación del 2% anula a la suba del 2% en los salarios durante el último año, negando la posibilidad de tener una mejora en la riqueza real.
Las bolsas han subido más del 100% desde los mínimos alcanzados durante 2009 en la medida que el mercado siente que la economía marcha a pasos firmes. Pero con el crecimiento de sueldos absorbidos por la inflación y con la creación de puestos de trabajo de poco poder adquisitivo que ponen presión a uno de los componentes más importantes del PBI, ¿puede esta recuperación sostenerse?
Por supuesto que los datos de empleo son útiles y siguen siendo positivos (es mejor tener estos resultados a no tenerlos), pero durante el 2015 el debate sobre las tasas de interés estará en cada reunión que la FED organice a lo largo del año.
Con estos datos sólidos, es incomprensible seguir manteniendo estos niveles inexistentes de tasas y la inacción se debe al temor de que los bonos de mediano y largo se desplomen, pudiendo provocar alguna corrida del dólar a favor del resto de las divisas.
A pesar de que los planes de estimulo han terminado en los EEUU, mantener las tasas bajas son de cierta forma un incentivo a la economía y por supuesto en algún momento, este mercado deberá encontrar su punto justo sin la intervención del Estado.
Durante todo el 2014, el empleo creado fue de 2.95 millones siendo el más grande desde 1999, obligando a las cifras de desempleo a caer a 5,6% lo cual iguala los registros de junio del 2008 previo al estallido de la crisis financiera.
Esto ha generado un elevado optimismo en el mercado que desespera por ver un mejoramiento notorio en la economía estadounidense y mundial que se ve reflejado en las subas records que han tenido las bolsas bursátiles durante el último año y medio.
La FED bien sabe que una recuperación plena del empleo es la mejor y más concreta herramienta financiera para crear un sólido ambiente económico. Ni los planes de rescate, ni la recompra de bonos, ni la intervención de las tasas de interés ni la constante impresión de dinero pueden sostener a una economía durante el tiempo. El empleo sí.
Pero la FED también sabe y comprende mejor que nadie, que la psicología del mercado es tan importante como los hechos en sí. Si los datos de empleo son buenos, el mercado responde sin siquiera interpretar lo que se informe en dichos reportes.
La mayoría de los empleos creados son puestos de baja remuneración y para que una economía resurja es necesario sueldos mejores pagos que son los que gastan en vestimenta, autos, electrónica, servicios y esparcimiento. A la vez, son los que más dejan a las arcas del Estado a través de los impuestos.
Al momento, tampoco alcanza para aquellos que sí trabajan en puestos calificados y bien remunerados, la inflación del 2% anula a la suba del 2% en los salarios durante el último año, negando la posibilidad de tener una mejora en la riqueza real.
Las bolsas han subido más del 100% desde los mínimos alcanzados durante 2009 en la medida que el mercado siente que la economía marcha a pasos firmes. Pero con el crecimiento de sueldos absorbidos por la inflación y con la creación de puestos de trabajo de poco poder adquisitivo que ponen presión a uno de los componentes más importantes del PBI, ¿puede esta recuperación sostenerse?
Por supuesto que los datos de empleo son útiles y siguen siendo positivos (es mejor tener estos resultados a no tenerlos), pero durante el 2015 el debate sobre las tasas de interés estará en cada reunión que la FED organice a lo largo del año.
Con estos datos sólidos, es incomprensible seguir manteniendo estos niveles inexistentes de tasas y la inacción se debe al temor de que los bonos de mediano y largo se desplomen, pudiendo provocar alguna corrida del dólar a favor del resto de las divisas.
A pesar de que los planes de estimulo han terminado en los EEUU, mantener las tasas bajas son de cierta forma un incentivo a la economía y por supuesto en algún momento, este mercado deberá encontrar su punto justo sin la intervención del Estado.