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La Iglesia tomó distancia del gobierno nacional, una semana después de que el papa Francisco recibió a la presidenta Cristina Kirchner en el Vaticano. Lo hizo a través de un gesto del arzobispo de Buenos Aires y uno de los pastores más cercanos al Pontífice, el cardenal Mario Poli, quien le envió una carta de fuerte respaldo al juez Carlos Fayt, el ministro de la Corte Suprema que está en la mira del kirchnerismo.
"Motiva mi carta el cuestionamiento a vuestra persona porque entiendo que vulnera no sólo el orden constitucional, sino las normas éticas fundamentales de la convivencia pacífica", le escribió Poli al magistrado, de 97 años. Aunque no hay precisiones sobre la fecha de la carta, se la envió en medio de la feroz ofensiva del Gobierno, que promueve una investigación sobre su capacidad física e intelectual en la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, con el objetivo de lograr su desplazamiento.
El singular gesto de Poli, que es actualmente vicepresidente primero del Episcopado, llega también luego de la firme respuesta de la Iglesia a la relativización oficial de los efectos de la pobreza en el país. En contraste con las estadísticas que dio la Presidenta hace una semana, quien afirmó en Roma que la pobreza afectaba a menos del 5% de la población, el presidente del Episcopado, José María Arancedo, y el titular de Cáritas, Oscar Ojea, respaldaron la medición de la Universidad Católica Argentina (UCA), que muestra que en la Argentina el 27% de la gente es pobre, y advirtieron sobre "las nuevas pobrezas" que avanzan en el país.
Mariano De Vedia
"Motiva mi carta el cuestionamiento a vuestra persona porque entiendo que vulnera no sólo el orden constitucional, sino las normas éticas fundamentales de la convivencia pacífica", le escribió Poli al magistrado, de 97 años. Aunque no hay precisiones sobre la fecha de la carta, se la envió en medio de la feroz ofensiva del Gobierno, que promueve una investigación sobre su capacidad física e intelectual en la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, con el objetivo de lograr su desplazamiento.
El singular gesto de Poli, que es actualmente vicepresidente primero del Episcopado, llega también luego de la firme respuesta de la Iglesia a la relativización oficial de los efectos de la pobreza en el país. En contraste con las estadísticas que dio la Presidenta hace una semana, quien afirmó en Roma que la pobreza afectaba a menos del 5% de la población, el presidente del Episcopado, José María Arancedo, y el titular de Cáritas, Oscar Ojea, respaldaron la medición de la Universidad Católica Argentina (UCA), que muestra que en la Argentina el 27% de la gente es pobre, y advirtieron sobre "las nuevas pobrezas" que avanzan en el país.
Mariano De Vedia