Quien dijo que el gobierno no tiene plata.
La escasez de dólares que acecha al Banco Central comenzó a afectar las operaciones comerciales organizadas por el propio Gobierno. Desde el lunes está varado frente a las costas de Bahía Blanca el M/T Fraternity, un buque de bandera belga lleno de petróleo proveniente de Nigeria. El motivo: Enarsa, la empresa estatal de energía que se encargó de la importación, no consiguió la autorización para girar los dólares necesarios para pagarle a la proveedora. Curiosamente, se trata de la noruega Statoil, una compañía que el presidente de YPF, Miguel Galluccio, pone como ejemplo de gestión.
Fuentes al tanto de la operación confirmaron a La Nación que Enarsa espera conseguir la autorización para el pago el próximo lunes. Necesita unos U$S 53 millones.
El M/T Fraternity trae 160.000 metros cúbicos de crudo denominado Escravos, que se repartirá entre las principales petroleras del país. De ese total Oil, la compañía de Cristóbal López, recibirá 46.000 m3; Shell, 40.000 m3; Axion, 28.000 m3 e YPF, 23.000 m3, al igual que Petrobras.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, convalidó la operación en la primera parte del año por la conveniencia económica de importar petróleo. Sucede que la Argentina tiene escases del denominado crudo liviano, que mejor rinde en las refinerías. Es la clase de producto que está varado al sur de la provincia de Buenos Aires. Además, la importación es una alternativa para que el país se beneficie con la caída de los precios internacionales, dado que hoy es más barato el crudo extranjero que el de producción local.
Las petroleras ya le anticiparon el pago de su porción del cargamento a Enarsa, que es la encargada de tomar la demanda y pagar la carga, algo que no ocurrió hasta ahora.
Algo similar había ocurrido el año pasado, cuando al menos tres barcos de gas estuvieron varados en la Costa Atlántica por los problemas de Enarsa para hacerse de la divisa norteamericana.