El lunes Cristina Kirchner dijo que con el pago del Boden 2015 se cerraba “el último capítulo del gran endeudamiento argentino”.
Pero ese pago a bancos, empresas y particulares no se hizo con fondos propios del Gobierno sino con reservas, tomando más deuda con el Banco Central. Ayer, para recuperar parte de las reservas perdidas, el Gobierno emitió el Bonar 2020 en dólares al 8% anual y el jueves colocará más BONAD y Bonar 2017 para cubrir parte del déficit fiscal.
Todo esto sucede en menos de una semana, luego de haber colocado este año bonos y Letras en pesos por $ 97.409 millones y en dólares por 4.425 millones, en un “festival de bonos” que no termina porque hay más vencimientos de deuda y crece el déficit fiscal.
La Presidente olvidó decir que el Presupuesto 2016 prevé pagar deuda por U$S 6.525 millones, otra vez con reservas del Banco Central. Y refinanciar al BCRA a otros 10 años los U$S 9.530 millones por las reservas utilizadas en 2006 para pagarle al FMI.
Cristina Kirchner también dijo que desde 2003 se habían pagado vencimientos de deuda por U$S 145.000 millones, dejando un país desendeudado.
Las cifras del Ministerio de Economía dicen otra cosa. En 2001, la deuda pública era de U$S 144.500 millones. Tras el canje de 2005, bajó a U$S 126.500 millones y desde entonces aumentó hasta los U$S 228.700 millones a diciembre de 2014.
A esta cifra hay que agregar la nueva deuda de 2015, la deuda no contabilizada (con holdouts y el resto del cupón PBI), lo que elevaría el total a U$S 270.000 millones. Así, desde 2003, y tras pagar U$S 145.000 millones, la deuda pública subió U$S 140.000 millones.
Esos números no incluyen la deuda de provincias y municipios, empresas del Estado, organismos nacionales, fondos fiduciarios, Banco Central y juicios contra el Estado con sentencia en firme. Entonces, ¿dónde está el “desendeudamiento?
Está en no considerar como deuda la contraída con el BCRA, la ANSeS, el Banco Nación y otros organismos públicos, dejando abiertas las puertas para licuarla o directamente desconocerla.
Pero ese pago a bancos, empresas y particulares no se hizo con fondos propios del Gobierno sino con reservas, tomando más deuda con el Banco Central. Ayer, para recuperar parte de las reservas perdidas, el Gobierno emitió el Bonar 2020 en dólares al 8% anual y el jueves colocará más BONAD y Bonar 2017 para cubrir parte del déficit fiscal.
Todo esto sucede en menos de una semana, luego de haber colocado este año bonos y Letras en pesos por $ 97.409 millones y en dólares por 4.425 millones, en un “festival de bonos” que no termina porque hay más vencimientos de deuda y crece el déficit fiscal.
La Presidente olvidó decir que el Presupuesto 2016 prevé pagar deuda por U$S 6.525 millones, otra vez con reservas del Banco Central. Y refinanciar al BCRA a otros 10 años los U$S 9.530 millones por las reservas utilizadas en 2006 para pagarle al FMI.
Cristina Kirchner también dijo que desde 2003 se habían pagado vencimientos de deuda por U$S 145.000 millones, dejando un país desendeudado.
Las cifras del Ministerio de Economía dicen otra cosa. En 2001, la deuda pública era de U$S 144.500 millones. Tras el canje de 2005, bajó a U$S 126.500 millones y desde entonces aumentó hasta los U$S 228.700 millones a diciembre de 2014.
A esta cifra hay que agregar la nueva deuda de 2015, la deuda no contabilizada (con holdouts y el resto del cupón PBI), lo que elevaría el total a U$S 270.000 millones. Así, desde 2003, y tras pagar U$S 145.000 millones, la deuda pública subió U$S 140.000 millones.
Esos números no incluyen la deuda de provincias y municipios, empresas del Estado, organismos nacionales, fondos fiduciarios, Banco Central y juicios contra el Estado con sentencia en firme. Entonces, ¿dónde está el “desendeudamiento?
Está en no considerar como deuda la contraída con el BCRA, la ANSeS, el Banco Nación y otros organismos públicos, dejando abiertas las puertas para licuarla o directamente desconocerla.