Mientras Estados Unidos se está retirando paulatinamente de Afganistán, en febrero pasado uno de sus sistemas de mando y control, usado para controlar los aviones sin piloto (drones) fue secuestrado por los talibanes. El convoy de transporte americano bajaba de una de las bases principales, situada en una colina cuando los talibanes le tendieron una emboscada, mataron a dos comandos americanos (seals) y se apropiaron de todo el equipo, incluyendo el comando y control del sistema, que pesaba cerca de 20 toneladas y estaba embalado en 6 cajones.
Los talibanes no querían armas sino dinero. Ofrecieron vender el sistema a los rusos y los chinos. Los rusos estaban demasiado ocupados con sus problemas en Ucrania y fueron madrugados por los chinos, que están ávidos de tecnología de sistemas militares de cualquier origen. Imagínense que si los chinos llegan a dominar la tecnología detrás del sistema de mando y control de drones estadounidenses, estos se volverían inútiles.
China envió a Afganistán a 8 científicos superiores del área de Defensa para revisar el sistema, tras lo cual aceptó pagar una enorme suma por él.
En algún momento a principios de marzo, los 8 científicos y los 6 cajones llegaron a Malasia. Beinjing pensó que era la mejor manera de evitar su detección por los estadounidenses. La carga se guardó en la embajada china en Kuala Lumpur. Pero lo estadounidenses se enteraron y la CIA y el Mossad planearon en conjunto como recuperar el cargamento.
A todo esto, China decidió que lo más seguro sería transportarlo en una aeronave civil. Los vuelos directos desde Kuala Lumpur a Beijing demandan solo 4 horas y media y los americanos no podían secuestrar o dañar a un avión civil sin una fuerte repulsa internacional, por lo que el vuelo MH370 era perfecto para sacarlo como carga protegida diplomáticamente.
Cuando el avión decoló, abordo iban cinco comandos estadounidenses e israelíes familiarizados con la conducción de los Boeing. Es posible que los dos supuestos iraníes con pasaportes robados fueran en realidad parte de ellos.
Cuando el vuelo MH370 estaba a punto de dejar el espacio aéreo malayo e informaba al control aéreo vietnamita de su ingreso al suyo, un avión AWAC norteamericano interfirió sus señales y desactivó el control de pilotaje, pasándolo a modo de control remoto.
Es por esto que el avión repentinamente perdió altura. ¿Un AWAC puede hacer esto? Si y muchas más cosas ¿Recuerda el 11-S y el impacto de los Boeing contra las torres gemelas? Desde entonces en todos los Boeing (y posiblemente también en los Airbus) se instaló un sistema de control remoto para neutralizar intentos de secuestro por parte de terroristas.
Desde entonces, todos los aviones Boeing pueden ser controlados remotamente desde tierra. En esencia, se trata del mismo sistema de control remoto usado para controlar aviones espía sin piloto y drones... como el que, justamente, China trataba de hacer llegar a su territorio.
Los cinco agentes americanos e israelíes pronto asumieron el control del avión, desconectaron el transponder y otros sistemas de comunicación, cambiaron el rumbo y volaban hacia el oeste...
¿Porqué hacia el oeste y no hacia el este, hacia Filipinas o Guam? Porque todo el espacio aéreo sobre el Mar de la China meridional está cubierto por vigilancia satelital y radares chinos.
Los radares militares malayos, tailandeses e indios detectaron la aeronave no identificada pero ninguno reaccionó profesionalmente. El avión voló sobre el norte de Sumatra, Anambas, el sur de la India y aterrizó en Maldivas (algunos aldeanos vieron la aeronave aterrizando), fue reaprovisionado de combustible y continuó su vuelo hacia la remota isla de Diego Garcia, donde está la gran base aérea estadounidense en el medio del océano Índico.
La carga diplomática y la caja negra del avión fueron retiradas. Como sólo los muertos no hablan, los pasajeros fueron "silenciados" por medios naturales: falta de oxígeno al volar a gran altura con el avión despresurizado.
El MH370 con sus pasajeros ya muertos habría despegado nuevamente de Diego García, utilizando control remoto, tal como lo hacen los drones espías (sin pilotos) y poniendo rumbo al medio del océano Indico Sur, donde se estrelló contra las aguas. De esta manera indujeron a creer que el avión se había precipitado al quedarse sin combustible por culpa del capitán y del copiloto que habrían planeado una suerte de vuelo suicida.
De esta manera, los estadounidenses primero lograron desviar todo el esfuerzo de atención y búsqueda al mar de China meridional mientras el avión había volado al océano Índico.
Luego salieron a escena con declaraciones contradictorias y pruebas parciales para confundirlo todo, en lo que contaron con la invalorable colaboración de Australia.
El esfuerzo empleado por China en la búsqueda no tiene precedentes. El número de satélites, naves de guerra y aeronaves afectadas para explorar primero el mar de China meridional, y luego los estrechos de Malaca y el océano Índico fue altísimo, inédito, jamás visto anteriormente, lo que revela la preocupación china. No sólo por la gran cantidad de pasajeros chinos, si no, sobre todo, por sus ocho altos científicos militares y por la carga que llevaban.
Parece una historia de ciencia-ficción cinematográfica pero es perfectamente viable. ¿No les parece?
Acaso no tenga ninguna certeza hasta que surja un nuevo Snowden que revele los secretos de inteligencia americanos más celosamente guardados.
Los talibanes no querían armas sino dinero. Ofrecieron vender el sistema a los rusos y los chinos. Los rusos estaban demasiado ocupados con sus problemas en Ucrania y fueron madrugados por los chinos, que están ávidos de tecnología de sistemas militares de cualquier origen. Imagínense que si los chinos llegan a dominar la tecnología detrás del sistema de mando y control de drones estadounidenses, estos se volverían inútiles.
China envió a Afganistán a 8 científicos superiores del área de Defensa para revisar el sistema, tras lo cual aceptó pagar una enorme suma por él.
En algún momento a principios de marzo, los 8 científicos y los 6 cajones llegaron a Malasia. Beinjing pensó que era la mejor manera de evitar su detección por los estadounidenses. La carga se guardó en la embajada china en Kuala Lumpur. Pero lo estadounidenses se enteraron y la CIA y el Mossad planearon en conjunto como recuperar el cargamento.
A todo esto, China decidió que lo más seguro sería transportarlo en una aeronave civil. Los vuelos directos desde Kuala Lumpur a Beijing demandan solo 4 horas y media y los americanos no podían secuestrar o dañar a un avión civil sin una fuerte repulsa internacional, por lo que el vuelo MH370 era perfecto para sacarlo como carga protegida diplomáticamente.
Cuando el avión decoló, abordo iban cinco comandos estadounidenses e israelíes familiarizados con la conducción de los Boeing. Es posible que los dos supuestos iraníes con pasaportes robados fueran en realidad parte de ellos.
Cuando el vuelo MH370 estaba a punto de dejar el espacio aéreo malayo e informaba al control aéreo vietnamita de su ingreso al suyo, un avión AWAC norteamericano interfirió sus señales y desactivó el control de pilotaje, pasándolo a modo de control remoto.
Es por esto que el avión repentinamente perdió altura. ¿Un AWAC puede hacer esto? Si y muchas más cosas ¿Recuerda el 11-S y el impacto de los Boeing contra las torres gemelas? Desde entonces en todos los Boeing (y posiblemente también en los Airbus) se instaló un sistema de control remoto para neutralizar intentos de secuestro por parte de terroristas.
Desde entonces, todos los aviones Boeing pueden ser controlados remotamente desde tierra. En esencia, se trata del mismo sistema de control remoto usado para controlar aviones espía sin piloto y drones... como el que, justamente, China trataba de hacer llegar a su territorio.
Los cinco agentes americanos e israelíes pronto asumieron el control del avión, desconectaron el transponder y otros sistemas de comunicación, cambiaron el rumbo y volaban hacia el oeste...
¿Porqué hacia el oeste y no hacia el este, hacia Filipinas o Guam? Porque todo el espacio aéreo sobre el Mar de la China meridional está cubierto por vigilancia satelital y radares chinos.
Los radares militares malayos, tailandeses e indios detectaron la aeronave no identificada pero ninguno reaccionó profesionalmente. El avión voló sobre el norte de Sumatra, Anambas, el sur de la India y aterrizó en Maldivas (algunos aldeanos vieron la aeronave aterrizando), fue reaprovisionado de combustible y continuó su vuelo hacia la remota isla de Diego Garcia, donde está la gran base aérea estadounidense en el medio del océano Índico.
La carga diplomática y la caja negra del avión fueron retiradas. Como sólo los muertos no hablan, los pasajeros fueron "silenciados" por medios naturales: falta de oxígeno al volar a gran altura con el avión despresurizado.
El MH370 con sus pasajeros ya muertos habría despegado nuevamente de Diego García, utilizando control remoto, tal como lo hacen los drones espías (sin pilotos) y poniendo rumbo al medio del océano Indico Sur, donde se estrelló contra las aguas. De esta manera indujeron a creer que el avión se había precipitado al quedarse sin combustible por culpa del capitán y del copiloto que habrían planeado una suerte de vuelo suicida.
De esta manera, los estadounidenses primero lograron desviar todo el esfuerzo de atención y búsqueda al mar de China meridional mientras el avión había volado al océano Índico.
Luego salieron a escena con declaraciones contradictorias y pruebas parciales para confundirlo todo, en lo que contaron con la invalorable colaboración de Australia.
El esfuerzo empleado por China en la búsqueda no tiene precedentes. El número de satélites, naves de guerra y aeronaves afectadas para explorar primero el mar de China meridional, y luego los estrechos de Malaca y el océano Índico fue altísimo, inédito, jamás visto anteriormente, lo que revela la preocupación china. No sólo por la gran cantidad de pasajeros chinos, si no, sobre todo, por sus ocho altos científicos militares y por la carga que llevaban.
Parece una historia de ciencia-ficción cinematográfica pero es perfectamente viable. ¿No les parece?
Acaso no tenga ninguna certeza hasta que surja un nuevo Snowden que revele los secretos de inteligencia americanos más celosamente guardados.