En la portada del 'Economist¡, el semanario británico que vende más en el resto del mundo que en su país, se ve el globo terráqueo rodeado solo por una cinta de papel con una palabra: 'closed'. Sí, estamos confinados ante una gran hecatombe. Pero lo peor es que no hay liderazgo.
En 1960 John F. Kennedy, presidente de la primera potencia económica y militar, propuso a los americanos -y al mundo- una “nueva frontera”. Luego, en Europa, Willy Brand y Helmut Schmidt trazaron las líneas de una pragmática socialdemocracia que combinaba estado y mercado. Y en el campo conservador hubo figuras como el general De Gaulle -el nacionalista francés que pactó la independencia de Argelia- y Margaret Thatcher, una ultraliberal de fuerte personalidad. Y en América Henry Kissinger, con su 'realpolitik' que sacó a China del aislamiento, y Ronald Reagan (el Estado es el problema, no la solución) dejaron su huella.
Mas tarde Gorbachev consintió y levantó acta del fin de las dictaduras comunistas. Y Helmut Kohl y Mitterrand pactaron el euro y la unificación de Alemania. Obama no fue solo el primer presidente de color, sino que superó la crisis del 2008. Y en Europa el pacto tácito entre la pragmática Merkel y Mario Draghi funcionó. El BCE salvó el proyecto europeo al sobreponerse a la ortodoxia del Bundesbank.
El problema es que hoy -en un momento crucial- no tenemos líderes con fuerza que inspiren confianza. Xi Jinping es el jefe de un país con grandes éxitos económicos pero sometido a la dictadura de un partido que encarcela a los disidentes y prohíbe los sindicatos.
Y Donald Trump, el sucesor de Obama, ha decidido romper con la política americana posterior a 1945 y cree que el unilateralismo -el 'America First'- lo es todo. El resto del mundo debe someterse a los caprichos de sus tuits o j… Quien hace poco juraba que el coronavirus era un invento de sus enemigos y que tiene culpa de que los Estados Unidos sean hoy el país con más infectados, no es líder de nada. No sabemos si Joe Biden, si le derrota, lo será.
¿Y Europa? Los recelos nacionalistas han impedido crear un estado federal. Europa ni tiene presidente, ni Parlamento soberano ni es un Estado. El presidente del Consejo Europeo y la presidenta de la Comisión tienen voluntad, pero no disponen de los mecanismos de un Estado.
Boris Johnson se ha ido. Macron está maniatado por las protestas. Italia está prisionera de sus fracasos y Pedro Sánchez cuenta por socialdemócrata, pero España es solo la cuarta economía de la UE.
No soñemos con libros de caballerías. Hoy por hoy y a corto plazo no habrá 'plan Marshall'. Europa no es una federación y los países ricos (egoístas) no quieren unir su deuda a la de los menos ricos. Merkel puede tejer un apaño y Lagarde comprar deuda italiana y española. Es lo que hay. Dos mujeres. Como en la gran película italiana de Sofía Loren.
Joan Tapia.