Interesantes comentarios en esta nota de Fontevecchia ...
Estoy en San Pablo. A las dos de la mañana (aquí es una hora más) me despertó un llamado que decía: “a Nisman lo suicidaron”. Viajé a Brasil el sábado a la noche después del cierre del diario Perfil y ya estoy volviendo a Buenos Aires. Escribo estas líneas desde un avión camino a Ezeiza sin haber podido tomar contacto con lo que se viene diciendo en Argentina: mi agenda de todo el día de hoy fue por las publicaciones de Perfil en Brasil y aquí el tema Nisman ocupó apenas un minuto en los medios audiovisuales, en los gráficos, por la hora de cierre, aún no se editó nada.
El sábado, PERFIL publicó una columna donde yo decía que me molestaba el oportunismo de Nisman por denunciar recién ahora lo mismo que Pepe Eliaschev había escrito en PERFIL a comienzos de 2011. Propuse a lector no creerle a los jueces y fiscales que ahora le imputan o procesan a los kirchneristas de todo junto. No creerles a ellos pero si creer lo que ellos denuncian. Que lo que dicen es verdad aunque ellos sean poco creíbles.
Al día siguiente de la denuncia de Eliaschev, PERFIL entrevistó a Nisman, quien no sólo se mostró incrédulo o prudente respecto de la denuncia de Pepe sino que se expresó tan extrovertido como en sentido contrario la semana pasada en coincidencia tardía con él. Dijo Nisman en 2011 sobre el acuerdo de Argentina con Irán, intercambiando comercio por impunidad:
—El hecho y la nota (de Pepe en PERFIL) me parecen absolutamente descabellados, absurdos y, además, de imposible cumplimiento. Hacía tiempo que no leía algo tan disparatado. Todo surge de un cable de la Cancillería iraní y tengo leído y conozco sus respuestas en la causa, tanto que por sus posturas no resultan creíbles en nada de lo que hacen y mucho menos en lo que dicen. Es todo muy poco serio.
—¿Por qué?
—Realmente, me parece algo que no tiene ni ton ni son porque estoy convencido de que el gobierno argentino no piensa nada de eso. Es absolutamente falso que está detrás de esto, porque me consta y por todo lo que ha hecho. Es de locos, no tiene ningún tipo de lógica.
—Pero eso dicen los cables secretos de la Cancillería iraní.
—Puede existir ese documento, porque piensan que todo eso forma parte de una negociación política, varias veces me lo sugirieron, incluso con otros gobiernos argentinos: si el presidente de Irán da una orden y el nuestro otra. Me lo han dicho públicamente en las reuniones de Interpol y se lo han expresado al secretario general, y así les ha ido, desastrosamente, en los planteos que han tenido. Creen que todo se maneja como lo hace su gobierno teocrático, donde el líder espiritual dice algo y todo el mundo obedece.
Hoy, tras su muerte, que sea cierto lo que denuncia Nisman aunque él mismo resultara poco creíble, pasa a ser secundario para muchos. Tras el asesinato de Cabezas, el suicidio de Yabrán resultó inverosímil para muchos. Aún hoy hay personas que descreen de la muerte misma de Yabrán, a quien imaginan disfrutan en un isla alejada.
Sea cual fuere la causa de la muerte de Nisman no cambia el grado de gravedad institucional que tiene. Porque aunque finalmente se comprobara que se trató de un suicidio, terminará siendo fuera un “suicidio inducido” o un asesinato. En cualquiera de los casos, se tratará siempre de una muerte política, porque tiene consecuencias políticas e impregnará el recuerdo de la presidencia de Cristina Kirchner como el asesinato de Cabezas marcó al menemismo para siempre.
Y también dejará otra estela negativa sobre la imagen argentina que se suma a décadas de anormalidades en tantos planos.