Dura con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, Picolotti dijo que se fue del gobierno "por la ley de glaciares" pues "se están dinamitando los glaciares en busca de oro y es una verdadera locura, no solo ambiental sino estratégico". Sobre su llegada al gobierno, la ex funcionaria recordó que llegó al kirchnerismo por ser asambleista en Gualeguaychú y "era una interlocutora entre el reclamo y el gobierno". Tras el ofrecimiento de Néstor Kirchner y Alberto Fernández, comenzaron los problemas y denuncias de corrupción hacia su persona que, según Picolotti, "no me sorprendieron las denuncias pues es parte de una campaña de difamación y desprestigio hacia mí y hacia la criminalización de la protesta". No supo decir exactamente a quién atribuirle la supuesta campaña.
No evitó hablar sobre otras causas de corrupción: "Lo que pase con Boudou, Jaime que cada uno responda por lo que tenga que responder".
Picolotti terminó admitiendo que entre la Barrick Gold y ella, el gobierno eligió a la multinacional: "No podía formar parte de un equipo, sino se puede hacer política ambiental, me voy". "No es solo de un gobierno, es un modelo extractivo por excelencia y una miopía de la dirigencia política que no puede ver más allá de su nariz". Explicó que "nunca pudimos modificar el código minero porque aparecían los empresarios a hacer lobby en el Congreso". Sentenció que "ningún gobierno se anima a confrontar" y el gobierno de San Juan le abre las puertas a las mineras, coincidió con el periodista.
Sobre los acuerdos entre las mineras y las corporaciones con el gobierno dijo que "ni siquiera es ideológico sino que es económica". Picolotti pidió preguntarse ¿qué hacen nuestros representantes?"
Agregó que "en varias oportunidades recibí presiones y ofrecimientos de muchas cosas de estas empresas" pero "nunca acepté".
"En el escritorio de un secretario de Estado se presenta Dios y el Diablo".
"Jamás acepté una coima ni me dejé sobornar
No evitó hablar sobre otras causas de corrupción: "Lo que pase con Boudou, Jaime que cada uno responda por lo que tenga que responder".
Picolotti terminó admitiendo que entre la Barrick Gold y ella, el gobierno eligió a la multinacional: "No podía formar parte de un equipo, sino se puede hacer política ambiental, me voy". "No es solo de un gobierno, es un modelo extractivo por excelencia y una miopía de la dirigencia política que no puede ver más allá de su nariz". Explicó que "nunca pudimos modificar el código minero porque aparecían los empresarios a hacer lobby en el Congreso". Sentenció que "ningún gobierno se anima a confrontar" y el gobierno de San Juan le abre las puertas a las mineras, coincidió con el periodista.
Sobre los acuerdos entre las mineras y las corporaciones con el gobierno dijo que "ni siquiera es ideológico sino que es económica". Picolotti pidió preguntarse ¿qué hacen nuestros representantes?"
Agregó que "en varias oportunidades recibí presiones y ofrecimientos de muchas cosas de estas empresas" pero "nunca acepté".
"En el escritorio de un secretario de Estado se presenta Dios y el Diablo".
"Jamás acepté una coima ni me dejé sobornar