Cruje el Mercosur
Tabaré y Dilma se van a Europa sin Cristina
Los presidentes de Uruguay y Brasil acordaron acelerar negociaciones con la EU-28. Consuelo: a largo plazo favorecería al agro latinoamericano
Porrevistachacra.com.ar
Los presidentes de Brasil y Uruguay, Dilma Rousseff y Tabaré Vázquez, respectivamente, se reunieron ayer en Brasilia para avanzar en negociaciones comerciales con la Unión Europea (UE-28), que reconfiguraría al Mercosur y dejaría relegada a la Argentina, por ahora reticente a este tipo de acuerdo.
Rousseff, presidente de Brasil, el "líder natural" como lo llamó ayer el ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori , le dejó bien en claro a Vázquez en Brasilia que el acuerdo es una prioridad para su gobierno y quiere que se cierre este año.
Vázquez realizó ayer un viaje relámpago a Brasilia con Astori, el canciller Rodolfo Nin Novoa y la ministra de Industria, Carolina Cosse. Compartió un almuerzo y un brindis con Rousseff. En la reunión se conversó de varios temas bilaterales aunque el punto central es la posibilidad cierta de que finalmente las conversaciones con la UE salgan del letargo de los últimos 20 años . Vázquez no habló con la prensa a su llegada a Montevideo y delegó en sus ministros la tarea de informar sobre la reunión con Rousseff.
Nin Novoa no ahorró adjetivos para describir la importancia del claro pronunciamiento brasileño: dijo que era "una gran noticia", una "novedad absoluta" y que "estamos muy reconfortados, muy satisfechos". Especificó que Uruguay ya tiene definido que ofertará abrir a la competencia europea la gran mayoría de los ítems arancelarios, más del 92%.
Rousseff y Vázquez –al finalizar el encuentro– ofrecieron una conferencia de prensa para remarcar que una de las prioridades de 2015 será establecer un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el Mercosur (sin Argentina ) y la UE-28. “Vamos a proponer a la Unión Europea que, en el plazo más breve posible, presentemos de manera simultánea nuestras ofertas comerciales”, indicó la presidenta brasileña.
Vázquez, por su parte, intentó justificar, de la manera más diplomática posible, la exclusión de la Argentina del ámbito de negociaciones bilaterales. “Nuestros países no viven en la soledad y forman parte de un bloque regional con un enorme potencial, pero que hoy no está a la altura de su razón de ser”, aseguró el presidente oriental. “Nuestros pueblos deben sentir que el Mercosur sirve para mejorar su vida cotidiana, sino no estaremos cumpliendo con su cometido”, agregó.
El canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, fue más claro al respecto –pero muchos menos diplomático– al indicar que, como las autoridades del gobierno argentino pretenden excluir del acuerdo bilateral a una extensa lista de productos por un período de ocho años, el mismo contemplará distintas “velocidades de incorporación” para “considerar los tiempos” de la Argentina (los productos que la gestión kirchnerista quiere dejar fuera del acuerdo son todos los bienes producidos por fábricas ensambladoras de piezas importadas).
Quedarse afuera del TLC UE-Mercosur no será gratuito para la economía argentina. Un solo ejemplo: en la actualidad la exportación argentina de cortes aviares frescos al mercado europeo es inviable porque está gravada con un arancel superior al 60%; pero si el mismo fuese eliminado, las colocaciones de ese producto a la UE-28 aumentarían y, en consecuencia, habría mayor disponibilidad de subproductos aviares para exportar a mercados asiáticos (cuya demanda es gigantesca).
Los primeros intercambios de ofertas arancelarias entre la UE y el Mercosur fueron llevados a cabo en 2004. Pero luego las negociaciones se estancaron para volverse a retomar recién en 2010. La clase dirigente brasileña –tanto políticos como empresarios– si bien inicialmente se mostró tan proteccionista como la argentina, en el último año comenzó a advertir que, frente a la enorme cantidad de TLC vigentes y las negociaciones bilaterales y multilaterales que se están llevando a cabo las principales naciones del mundo, quedarse afuera de ese escenario implicará muchos más riesgos que beneficios.
En este tema Brasil, Uruguay y Paraguay "están exactamente en el mismo rumbo" , aseguró Astori. Argentina "no va a quedar afuera, no queremos que quede afuera", complementó Nin Novoa, pero la forma en que se sumará será objeto de discusión. Por lo pronto, la modalidad de la participación de Argentina será objetivo de reuniones bilaterales entre ese país y Brasil. Y Argentina ya planteó que pretende contar con un período "de gracia" de ocho años para postergar la exposición de algunos de sus sectores de actividad a la competencia europea. De esta forma, se aceptaría el tantas veces mencionado concepto de las "dos velocidades" que de hecho la UE ya aceptó cuando cerró un acuerdo con la Comunidad Andina. Se quiere "respetar los tiempos de Argentina", explicó Nin.
Hace una década, Brasil vetó la posibilidad de que Uruguay tuviese flexibilidad para acordar con Estados Unidos, pero ahora todo cambió. La administración Rousseff sí tendría interés en este momento en que el Mercosur se abra más al mundo porque su cancillería y la clase empresarial brasileña habrían percibido que ni el mercado interno ni la región alcanzan para sustentar un crecimiento vigoroso.
Cuando nació el Mercosur, Brasil, pese a la renuencia uruguaya, insistió para que existiese un Arancel Externo Común alto, o sea una muralla defensiva contra las importaciones de fuera de la región.
Ahora Astori, que lleva años criticando el Mercosur y pidiendo que se abra más al mundo, considera que la postura brasileña "es la flexibilidad que tanto reclamamos" . Un eventual acuerdo con la UE sería "fundamental para concretar otros acuerdos". Además servirá para acumular información que pueda ser útil a la hora de negociar el acuerdo de liberalización del comercio de servicios, el polémico TISA. Es que las tratativas con la UE, se preocupó de explicar Astori, incluirán no solamente bienes sino también servicios. Uruguay determinará "intereses defensivos", o sea que definirá algunos sectores a los que preservará de la competencia europea. Seguramente, algunos de ellos serán la refinación e importación de combustible y la telefonía básica que en Uruguay son un monopolio del Estado.
Históricamente, Europa ha buscado preservar de la competencia a sus agricultores que serían los que tendrían más para perder por la competencia de los eficientes productores agropecuarios latinoamericanos.
Astori dijo que ahora hay indicios de que la UE está dispuesta a flexibilizar esa posición. "Ahí va a ser fundamental lo que haga Francia", señaló, en referencia a que ese país ha sido históricamente el abanderado del proteccionismo agrícola. El ministro reconoció que también la industria latinoamericana tendrá que estar dispuesta a adaptarse.
Cronograma
Lo que más entusiasma a los ministros es que parece haber un cronograma para el proceso. El 11 de junio, se reunirán los cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac, que incluye obviamente al Mercosur) en Bruselas y quizás allí se pueda determinar con más precisión la voluntad de acordar de las partes.
El 17 de julio, en Brasilia, habrá una cumbre de los presidentes del bloque que también puede marcar un hito en este proceso con el que Brasil ahora parece haberse comprometido fuertemente.
Vázquez quiere que la oferta de la propuesta del Mercosur a la UE se presente en la mencionada reunión de Bruselas. Su visión crítica del Mercosur quedó ayer bien clara. "Tenemos que rescatarlo, reanimarlo, fortalecerlo y colocarlo al servicio de sus países y, fundamentalmente, al servicio de nuestros pueblos. Si nuestros pueblos no sienten que el Mercosur sirve para mejorar la vida cotidiana, para poco servirán nuestras mejores intenciones", sostuvo en Brasilia.
El principal exportador europeo hacia los países del Mercosur es Alemania, país de fortísima industria, La UE importa principalmente productos primarios desde nuestra región, en especial carnes y soja.
En definitiva, en un claro viraje liberal en la región, que dejaría atrás las posiciones más populistas que encarnó Hugo Chávez (con el acompañamiento clave de Lula y Dilma), ahora Brasil pone todo su peso en la búsqueda de un acuerdo con la UE, que invierte la balanza y por ahora deja descolocada a la Argentina.
¿Qué cambió? En 1995 comenzaron en Madrid las conversaciones para un acuerdo Mercosur-UE que desde entonces languidecieron. Pero el bloque europeo negocia ahora con Estados Unidos. Y la posibilidad de que las empresas brasileñas queden en desventaja frente a las estadounidenses en el mercado europeo también debe haber contribuido al viraje en la estrategia. Porque el Mercosur no ha cerrado recientemente acuerdos de relevancia.
Tabaré y Dilma se van a Europa sin Cristina
Los presidentes de Uruguay y Brasil acordaron acelerar negociaciones con la EU-28. Consuelo: a largo plazo favorecería al agro latinoamericano
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Los presidentes de Brasil y Uruguay, Dilma Rousseff y Tabaré Vázquez, respectivamente, se reunieron ayer en Brasilia para avanzar en negociaciones comerciales con la Unión Europea (UE-28), que reconfiguraría al Mercosur y dejaría relegada a la Argentina, por ahora reticente a este tipo de acuerdo.
Rousseff, presidente de Brasil, el "líder natural" como lo llamó ayer el ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori , le dejó bien en claro a Vázquez en Brasilia que el acuerdo es una prioridad para su gobierno y quiere que se cierre este año.
Vázquez realizó ayer un viaje relámpago a Brasilia con Astori, el canciller Rodolfo Nin Novoa y la ministra de Industria, Carolina Cosse. Compartió un almuerzo y un brindis con Rousseff. En la reunión se conversó de varios temas bilaterales aunque el punto central es la posibilidad cierta de que finalmente las conversaciones con la UE salgan del letargo de los últimos 20 años . Vázquez no habló con la prensa a su llegada a Montevideo y delegó en sus ministros la tarea de informar sobre la reunión con Rousseff.
Nin Novoa no ahorró adjetivos para describir la importancia del claro pronunciamiento brasileño: dijo que era "una gran noticia", una "novedad absoluta" y que "estamos muy reconfortados, muy satisfechos". Especificó que Uruguay ya tiene definido que ofertará abrir a la competencia europea la gran mayoría de los ítems arancelarios, más del 92%.
Rousseff y Vázquez –al finalizar el encuentro– ofrecieron una conferencia de prensa para remarcar que una de las prioridades de 2015 será establecer un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el Mercosur (sin Argentina ) y la UE-28. “Vamos a proponer a la Unión Europea que, en el plazo más breve posible, presentemos de manera simultánea nuestras ofertas comerciales”, indicó la presidenta brasileña.
Vázquez, por su parte, intentó justificar, de la manera más diplomática posible, la exclusión de la Argentina del ámbito de negociaciones bilaterales. “Nuestros países no viven en la soledad y forman parte de un bloque regional con un enorme potencial, pero que hoy no está a la altura de su razón de ser”, aseguró el presidente oriental. “Nuestros pueblos deben sentir que el Mercosur sirve para mejorar su vida cotidiana, sino no estaremos cumpliendo con su cometido”, agregó.
El canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, fue más claro al respecto –pero muchos menos diplomático– al indicar que, como las autoridades del gobierno argentino pretenden excluir del acuerdo bilateral a una extensa lista de productos por un período de ocho años, el mismo contemplará distintas “velocidades de incorporación” para “considerar los tiempos” de la Argentina (los productos que la gestión kirchnerista quiere dejar fuera del acuerdo son todos los bienes producidos por fábricas ensambladoras de piezas importadas).
Quedarse afuera del TLC UE-Mercosur no será gratuito para la economía argentina. Un solo ejemplo: en la actualidad la exportación argentina de cortes aviares frescos al mercado europeo es inviable porque está gravada con un arancel superior al 60%; pero si el mismo fuese eliminado, las colocaciones de ese producto a la UE-28 aumentarían y, en consecuencia, habría mayor disponibilidad de subproductos aviares para exportar a mercados asiáticos (cuya demanda es gigantesca).
Los primeros intercambios de ofertas arancelarias entre la UE y el Mercosur fueron llevados a cabo en 2004. Pero luego las negociaciones se estancaron para volverse a retomar recién en 2010. La clase dirigente brasileña –tanto políticos como empresarios– si bien inicialmente se mostró tan proteccionista como la argentina, en el último año comenzó a advertir que, frente a la enorme cantidad de TLC vigentes y las negociaciones bilaterales y multilaterales que se están llevando a cabo las principales naciones del mundo, quedarse afuera de ese escenario implicará muchos más riesgos que beneficios.
En este tema Brasil, Uruguay y Paraguay "están exactamente en el mismo rumbo" , aseguró Astori. Argentina "no va a quedar afuera, no queremos que quede afuera", complementó Nin Novoa, pero la forma en que se sumará será objeto de discusión. Por lo pronto, la modalidad de la participación de Argentina será objetivo de reuniones bilaterales entre ese país y Brasil. Y Argentina ya planteó que pretende contar con un período "de gracia" de ocho años para postergar la exposición de algunos de sus sectores de actividad a la competencia europea. De esta forma, se aceptaría el tantas veces mencionado concepto de las "dos velocidades" que de hecho la UE ya aceptó cuando cerró un acuerdo con la Comunidad Andina. Se quiere "respetar los tiempos de Argentina", explicó Nin.
Hace una década, Brasil vetó la posibilidad de que Uruguay tuviese flexibilidad para acordar con Estados Unidos, pero ahora todo cambió. La administración Rousseff sí tendría interés en este momento en que el Mercosur se abra más al mundo porque su cancillería y la clase empresarial brasileña habrían percibido que ni el mercado interno ni la región alcanzan para sustentar un crecimiento vigoroso.
Cuando nació el Mercosur, Brasil, pese a la renuencia uruguaya, insistió para que existiese un Arancel Externo Común alto, o sea una muralla defensiva contra las importaciones de fuera de la región.
Ahora Astori, que lleva años criticando el Mercosur y pidiendo que se abra más al mundo, considera que la postura brasileña "es la flexibilidad que tanto reclamamos" . Un eventual acuerdo con la UE sería "fundamental para concretar otros acuerdos". Además servirá para acumular información que pueda ser útil a la hora de negociar el acuerdo de liberalización del comercio de servicios, el polémico TISA. Es que las tratativas con la UE, se preocupó de explicar Astori, incluirán no solamente bienes sino también servicios. Uruguay determinará "intereses defensivos", o sea que definirá algunos sectores a los que preservará de la competencia europea. Seguramente, algunos de ellos serán la refinación e importación de combustible y la telefonía básica que en Uruguay son un monopolio del Estado.
Históricamente, Europa ha buscado preservar de la competencia a sus agricultores que serían los que tendrían más para perder por la competencia de los eficientes productores agropecuarios latinoamericanos.
Astori dijo que ahora hay indicios de que la UE está dispuesta a flexibilizar esa posición. "Ahí va a ser fundamental lo que haga Francia", señaló, en referencia a que ese país ha sido históricamente el abanderado del proteccionismo agrícola. El ministro reconoció que también la industria latinoamericana tendrá que estar dispuesta a adaptarse.
Cronograma
Lo que más entusiasma a los ministros es que parece haber un cronograma para el proceso. El 11 de junio, se reunirán los cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac, que incluye obviamente al Mercosur) en Bruselas y quizás allí se pueda determinar con más precisión la voluntad de acordar de las partes.
El 17 de julio, en Brasilia, habrá una cumbre de los presidentes del bloque que también puede marcar un hito en este proceso con el que Brasil ahora parece haberse comprometido fuertemente.
Vázquez quiere que la oferta de la propuesta del Mercosur a la UE se presente en la mencionada reunión de Bruselas. Su visión crítica del Mercosur quedó ayer bien clara. "Tenemos que rescatarlo, reanimarlo, fortalecerlo y colocarlo al servicio de sus países y, fundamentalmente, al servicio de nuestros pueblos. Si nuestros pueblos no sienten que el Mercosur sirve para mejorar la vida cotidiana, para poco servirán nuestras mejores intenciones", sostuvo en Brasilia.
El principal exportador europeo hacia los países del Mercosur es Alemania, país de fortísima industria, La UE importa principalmente productos primarios desde nuestra región, en especial carnes y soja.
En definitiva, en un claro viraje liberal en la región, que dejaría atrás las posiciones más populistas que encarnó Hugo Chávez (con el acompañamiento clave de Lula y Dilma), ahora Brasil pone todo su peso en la búsqueda de un acuerdo con la UE, que invierte la balanza y por ahora deja descolocada a la Argentina.
¿Qué cambió? En 1995 comenzaron en Madrid las conversaciones para un acuerdo Mercosur-UE que desde entonces languidecieron. Pero el bloque europeo negocia ahora con Estados Unidos. Y la posibilidad de que las empresas brasileñas queden en desventaja frente a las estadounidenses en el mercado europeo también debe haber contribuido al viraje en la estrategia. Porque el Mercosur no ha cerrado recientemente acuerdos de relevancia.