El mercado apuesta en estos momentos a una atractiva bicicleta financiera, que ya dejó grandes satisfacciones a los inversores, pero que nadie se anima a asegurar por cuánto tiempo se extenderá. El negocio conlleva ciertos riesgos y está sujeto, como todo en estos días, a las señales que envían las encuestas sobre las elecciones de octubre. Pero deja, así y todo, un altísimo retorno que alcanza para tentar a los grandes fondos de inversión a quedarse en pesos y a permitir prolongar (al menos por ahora) la paz cambiaria.
La operación consiste en desarmar posiciones que hoy tienen en bonos en dólares o dollar linked para pasarse a Lebac en pesos que rinden, en promedio, el 27% anual. Quien lo hace tiene la certeza de que el Banco Central mantendrá el tipo de cambio contenido, con un ritmo de suba que se ubica entre el 12% (hoy) y el 16% anual (según indican los contratos a futuro hasta octubre). Y la garantía de que, si decide salir de esa inversión y volver al dólar antes de las elecciones (o del 10 de diciembre), habrá obtenido una ganancia que estará dada por esa diferencia entre la tasa de Letras y la de devaluación; es decir, en un rango de entre el 11% y el 15% anual... pero en dólares.
La operación consiste en desarmar posiciones que hoy tienen en bonos en dólares o dollar linked para pasarse a Lebac en pesos que rinden, en promedio, el 27% anual. Quien lo hace tiene la certeza de que el Banco Central mantendrá el tipo de cambio contenido, con un ritmo de suba que se ubica entre el 12% (hoy) y el 16% anual (según indican los contratos a futuro hasta octubre). Y la garantía de que, si decide salir de esa inversión y volver al dólar antes de las elecciones (o del 10 de diciembre), habrá obtenido una ganancia que estará dada por esa diferencia entre la tasa de Letras y la de devaluación; es decir, en un rango de entre el 11% y el 15% anual... pero en dólares.