En medio de la profunda crisis económica y política que soporta Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro anunció anoche una fuerte devaluación de su moneda que llega al 63%, y en forma paralela un aumento del 6.000 % de los principales combustibles, que hasta ahora eran los más baratos del mundo y estaban congelados desde hace 20 años.
Las medidas del gobierno chavista se producen en un ambiente de fuerte crispación social por el desabastecimiento de productos de primera necesidad, que no se pueden importar por la falta de dólares, y con una inflación anual que ya llega al 200 %.
Maduro admitió que el ingreso del país caribeño por concepto de venta petrolera fue de 12.587 millones de dólares en 2015, frente a los 37.000 millones de dólares que ingresaron en 2014, una cifra que representa una caída del 293,95 por ciento. Adjudicó el problema a una supuesta “guerra geopolítica” que ha generado el “agotamiento definitivo” del “modelo rentista petrolero” del país. “Se ha impuesto la estrategia imperial de la guerra del petróleo, así lo tengo que decir, ojalá llegue el mensaje a todos los países (...). Una guerra mundial que ha buscado destruir a la OPEP, quitarle a la OPEP la autoridad de regular el mercado”, indicó. Para compensar las graves noticias, también anunció un alza del 20 % del salario mínimo y del 2,5 % del bono de alimentación obligatorio para los trabajadores. El impacto del mensaje de Maduro se sentirá en los próximos días, en una población devastada por la crisis.
LA LENTA MUERTE ANUNCIADA DEL MODELO BOLIVARIANO MESIÁNICO, QUE SUMIÓ AL PAÍS EN UNA PROFUNDA CRISIS ECONÓMICA Y POLÍTICA