(artículo la gaceta)
Y vos... ¿dónde ponés tu plata?
¿Cuál es la estrategia? La decisión de Axel Kicillof de no cumplir con obligaciones financieras podría ser una especie de advertencia para presionar a los bonistas de la deuda nacional y lograr mejores condiciones de negociación.
Por Regina Martinez Riekes - Occilis Soluciones Financieras
El “Kicifault” y el mensaje a los mercados
7 de la mañana del lunes 13 de enero. Luego de dejar su mochila en el locker de un gimnasio en la calle Suipacha, un joven trader de futuros comenta: “si vas a renegociar tu deuda y tus bonos están ‘de punta’ no vas a tener mucho éxito…tenés que poner nervioso al mercado”. La noche anterior se había conocido que la Nación no auxiliaría a la Provincia de Buenos Aires para hacer frente a sus obligaciones financieras. Era la antesala de lo que sería una semana con mucha adrenalina.
¿Kicillof se cortó solo o es parte de un alineamiento a la estrategia política nacional? Esa fue la gran incógnita que recorrió las principales mesas de inversiones de todo el país. Suena ridículo que la mayor provincia argentina caiga en cesación de pagos por tan solo U$S 250 millones. Mucho más cuando tiene en la galera varias alternativas para evitarlo. Desde el punto de vista estrictamente técnico e incluso legal no estaríamos en presencia de un default, pero el mercado consideraría que sí, porque se modificaron unilateralmente las condiciones de pago previamente pactadas.
El problema que debe afrontar la provincia de Buenos Aires es doble. No sólo por los abultados vencimientos de deuda en el corto plazo, sino que más del 80% de las obligaciones están en dólares y bajo legislación extranjera. Por un lado, desde el Gobierno Nacional buscan proteger celosamente las escasas divisas. Por otra parte, ante un eventual litigio, los tribunales serán los de Nueva York y no los de la Ciudad de Buenos Aires. Complicado.
Hilando fino, el vencimiento cuyo pago se está dilatando solo representa un 0.2% de la actividad provincial bonaerense. ¿Cuál podría ser entonces la estrategia oculta detrás de esta jugada? La apuesta más sonada sería la de presionar a los bonistas para lograr una mejor renegociación de la deuda nacional. Se buscaría transmitir así una amenaza de default creíble para que sirva como advertencia para los acreedores en caso de que no accedan a una quita para que Argentina pueda recuperar su capacidad de pago. “La estrategia es un poco ‘border’. Puede salir bien, pero estás al ‘filo’. Muestra un alineamiento con la Nación, porque se pagan intereses mientras se negocia una reestructuración y a la vez invita en cierta forma a otras provincias a sumarse”, señala una mamá de mellizos mientras los prepara para llevarlos a la colonia de vacaciones. “Ya he vivido varias de estas”, remata esta portfolio manager con más de 20 años de trayectoria en la industria financiera.
Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros
“Los números de deuda provincial son manejables en situaciones normales. El problema es que no estamos en una situación normal”, se escucha decir a Daniel Marx en Radio Mitre.
La situación fiscal de las provincias es delicada. En algunos casos, en los escasos 20 días que lleva transcurrido el año ya se perdió el equivalente a un mes y medio de recaudación provincial. El mensaje enviado a las deterioradas arcas subsoberanas es muy claro: la Nación no salvará a Buenos Aires; de esa forma se evita que los demás gobiernos peronistas pidan auxilio financiero. El mayor temor entonces radica en la posibilidad de un efecto dominó sobre las demás jurisdicciones. “Buenos Aires pagará intereses mientras renegocia una reestructuración. Es lo mismo que hizo Guzmán a nivel nacional, ‘pateando’ la Letes en dólares para agosto 2020. Es algo positivo, porque muestra voluntad de mantener las pocas reservas de la Nación a fines de renegociar la deuda. Sorprende, pero es mejor señal de cara a los mercados. Los dejaste ser independientes y endeudarse. Ahora que se arreglen solos”, señala una especialista en banca de inversión desde sus flamantes oficinas en un espectacular y emblemático edificio inteligente de la zona sur porteña.
En las últimas horas se conoció que Chubut estaría avanzada en la reestructuración de su deuda. La propuesta incluiría la disminución del cupón de interés y la suspensión del pago de capital por un período de cuatro años ¿Un avance de lo que podría pasar con la deuda soberana?
Mientras tanto, los grandes inversores del mercado actúan con cautela y se mueven hacia papeles de mayor calidad crediticia. En lo que respecta a deuda corporativa en dólares y a nivel subsoberano, la Ciudad de Buenos Aires (CABA) es la gran elegida. “Me llamaron diciendo que quiere salir Neuquén ¿Quién va a querer comprar un bono provincial? Ni loco. Yo solo compro CABA”, rematan desde la gerencia de inversiones de una importante aseguradora local. El comportamiento es bastante lógico, si se considera que a pesar de la baja anunciada en la coparticipación que recibirá, solo el 25% del total de ingresos de CABA provienen de esa fuente. Un número bastante atractivo si se compara con la alta dependencia que tienen otras provincias. Son los casos de los estados más pobres: Chaco, Corrientes, Formosa, Santiago del Estero, Jujuy, La Rioja, Catamarca y San Luis, con un porcentaje de dependencia de coparticipación por arriba del 70%.
La provincia que vio nacer a Alberdi no está mucho mejor. Un informe de la Consultora 1816 señala que del total de ingresos del Jardín de la República, sólo el 25% corresponde a tributos de origen provincial. Es preocupante si se tiene en cuenta que la nuestra es una de las regiones con mayor carga fiscal. Claro que en el caso de Tucumán, por el bajo nivel de deuda emitida, no son los tenedores de bonos quienes deben estar preocupados, sino más bien los empleados estatales y, principalmente, los proveedores del estado.
Los cisnes negros y el impacto de lo altamente improbable
En un país como este, donde todo puede pasar, resultaría oportuno suprimir ciertas expresiones relacionadas con formar nuestras expectativas sobre el futuro en base al comportamiento pasado: “jamás reperfilaron deuda en pesos”; “nunca le soltaron la mano a Buenos Aires”... Como afirma Nassin Taleb: la probabilidad de ocurrencia baja no implica que sea equivalente a cero. Y en caso de ocurrir, el impacto que tiene un cisne negro es catastrófico.