De acuerdo con conservacionistas y expertos en vida silvestre, el plan para vacunar a todo el mundo contra el COVID-19 tendrá un enorme impacto ambiental, ya que el escualeno -que es el adyuvante de la vacuna- está hecho de aceite de hígado de tiburón
Para satisfacer el suministro mundial de vacunas contra el COVID-19 que contienen escualeno, se estima que se tendría que sacrificar a medio millón de tiburones. La demanda adicional podría ocasionar la extinción de ciertas especies de tiburones
El grupo conservacionista Shark Allies ha creado una petición en el sitio web Change.org donde pide que se prohíba el escualeno derivado de tiburones en las vacunas contra el COVID-19, y señala que existen otras fuentes botánicas y sostenibles disponibles
Un metaanálisis realizado en 2001 descubrió que la vacuna contra la influenza estacional que contiene escualeno tenía un perfil de seguridad más riesgoso que la vacuna contra la influenza sin adyuvante. De hecho, las vacunas contra la influenza H1N1 con escualeno que se distribuyeron en Europa durante la pandemia de la influenza porcina de 2009 causaron narcolepsia
Aunque la evidencia es escasa, algunos estudios han destacado la posibilidad de que el escualeno inyectado provoque problemas autoinmunológicos como la artritis y el lupus
Para satisfacer el suministro mundial de vacunas contra el COVID-19 que contienen escualeno, se estima que se tendría que sacrificar a medio millón de tiburones. La demanda adicional podría ocasionar la extinción de ciertas especies de tiburones
El grupo conservacionista Shark Allies ha creado una petición en el sitio web Change.org donde pide que se prohíba el escualeno derivado de tiburones en las vacunas contra el COVID-19, y señala que existen otras fuentes botánicas y sostenibles disponibles
Un metaanálisis realizado en 2001 descubrió que la vacuna contra la influenza estacional que contiene escualeno tenía un perfil de seguridad más riesgoso que la vacuna contra la influenza sin adyuvante. De hecho, las vacunas contra la influenza H1N1 con escualeno que se distribuyeron en Europa durante la pandemia de la influenza porcina de 2009 causaron narcolepsia
Aunque la evidencia es escasa, algunos estudios han destacado la posibilidad de que el escualeno inyectado provoque problemas autoinmunológicos como la artritis y el lupus