La soja cortó una racha negativa de tres ruedas consecutivas, en las cuales los fondos de inversión se llevaron partes de las ganancias que vienen acumulando desde agosto. Para explicar las mejoras vistas hoy, que ratifican un nivel de precios que se siente cómodo arriba de los 500 dólares por tonelada desde principios del año, podría hablarse de la falta de humedad en zonas agrícolas de la Argentina, donde las elevadas temperaturas se llevan los milímetros caídos en el cierre de febrero y acentúan la necesidad de nuevas precipitaciones para no se vea afectado el potencial de rinde de las plantas, o de la demorada cosecha en Brasil, donde las lluvias complican la logística en los campos y en el camino hacia las terminales portuarias.
Sin embargo, el fundamento alcista central continúa siendo la situación que se vive fronteras adentro de Estados Unidos, con existencias que se encaminan a cerrar la campaña en el nivel más bajo desde el ciclo 2013/2014 y donde, de no mediar cancelaciones extraordinarias, en breve se deberá subir el cartel de Sold Out, cuando a seis meses del fin del ciclo comercial actual ya se comprometió el 98% de los 61,24 millones de toneladas que el USDA proyectó como exportaciones totales 2020/2021. Por el momento, los elevados precios vigentes no mostraron eficacia para racionar la demanda.
De cara al informe mensual de estimaciones agrícolas que el USDA publicará el martes próximo, los operadores consideran que el saldo exportable debería ser elevado, aunque no tienen muy claro de qué columna saldría ese poroto de soja. De la molienda. Difícil. Entonces, o se valida un nuevo recorte del stock final desde los 3,25 millones de toneladas calculados en febrero o se eleva el volumen de las importaciones, desde las 950.000 toneladas actuales. No hay mucha ciencia al respecto.
Desde Brasil se calcula que las exportaciones de poroto de soja durante marzo podrían alcanzar los 15 millones de toneladas, un volumen que de concretarse resultaría récord para un mes, al superar los 14,85 millones de abril de 2020.
Sin embargo, el fundamento alcista central continúa siendo la situación que se vive fronteras adentro de Estados Unidos, con existencias que se encaminan a cerrar la campaña en el nivel más bajo desde el ciclo 2013/2014 y donde, de no mediar cancelaciones extraordinarias, en breve se deberá subir el cartel de Sold Out, cuando a seis meses del fin del ciclo comercial actual ya se comprometió el 98% de los 61,24 millones de toneladas que el USDA proyectó como exportaciones totales 2020/2021. Por el momento, los elevados precios vigentes no mostraron eficacia para racionar la demanda.
De cara al informe mensual de estimaciones agrícolas que el USDA publicará el martes próximo, los operadores consideran que el saldo exportable debería ser elevado, aunque no tienen muy claro de qué columna saldría ese poroto de soja. De la molienda. Difícil. Entonces, o se valida un nuevo recorte del stock final desde los 3,25 millones de toneladas calculados en febrero o se eleva el volumen de las importaciones, desde las 950.000 toneladas actuales. No hay mucha ciencia al respecto.
Desde Brasil se calcula que las exportaciones de poroto de soja durante marzo podrían alcanzar los 15 millones de toneladas, un volumen que de concretarse resultaría récord para un mes, al superar los 14,85 millones de abril de 2020.