Entre 1975 y 2019 el Producto Interno Bruto por habitante de la economía argentina creció 28 por ciento, mientras que el promedio de América Latina y el Caribe lo hizo en 62 por ciento, Uruguay en 141, Chile en 291 y la Cuba socialista en 152 por ciento. Estos datos, como los del resto de este artículo, provienen del Banco Mundial, que publica estadísticas comparables para todos los países, comenzando en 1960 y llegando hasta 2019.
Se trata, a todas luces, de un fracaso económico en términos relativos. Y también en valores absolutos porque un país con las capacidades humanas y los recursos naturales de Argentina, que sufre una pobreza endémica, estructural, de más de 30 por ciento y tiene hoy más de 50 por ciento de niños pobres, no puede considerarse exitoso.
Pero en ese largo período de 44 años no todas las etapas fueron iguales. Desde el punto de vista de las políticas económicas aplicadas, se puede distinguir claramente dos categorías:
1. Las políticas neoliberales, llevadas adelante por la dictadura militar (1976-1983), por la convertibilidad del período Menem-De la Rúa (1991-2002) y se incluye en este período el 2002, crisis profunda como consecuencia directa e indudable del estallido de la Convertibilidad en diciembre de 2001, es decir, de la política neoliberal desarrollada en los 11 años anteriores, y por el gobierno de Macri (2016-2019). En total de 24 años.
2. Las políticas progresistas, peronistas, heterodoxas, populistas o kirchneristas, según quieran llamarlas, de 13 años del período 2003-2015.
Dos etapas bien diferentes para el PIB per cápita
Se deja afuera de ambas categorías la economía fuertemente caótica de 1984 a 1990, secuela de la dictadura militar, porque en ella no puede distinguirse claramente una orientación de uno u otro signo, ya que se intentó ejecutar políticas progresistas, heterodoxas, pero la poderosa influencia de los bancos y del FMI las empujó en sentido contrario, con lo cual no resultaron claramente ni de un tipo ni del otro.
Se observa, entonces, que en ambos períodos la evolución del Producto Interno Bruto per cápita fue muy diferente: mientras en las etapas neoliberales, tomadas en su conjunto, el crecimiento de esos 24 años fue negativo (-1,7 por ciento), en los 13 años del kirchnerismo el PIB per cápita aumentó 54,2 por ciento.
La distribución del ingreso, medida por el coeficiente de Gini, mejoró sustancialmente en esos 13 años, según el Banco Mundial: la desigualdad bajó de 53,8 en 2002 a 41,6 en 2014, una mejora muy significativa, considerando que, durante la convertibilidad, había aumentado de 46,8 en 1991 a ese 53,8 de 2002. El corto tiempo del gobierno de Macri también la incrementó, de 41,6 a 42,9.
De manera similar, la pobreza, durante la convertibilidad se incrementó de 19,0 por cientyo en 1991 a 36,9 por ciento en 2001 y a 49,9 por ciento en 2002: más de 30 puntos. Con Macri aumentó de 11,5 por ciento en 2016 a 14,4 por ciento en 2019. Pero con el “populismo” bajó de 33,7 por ciento en 2003 a 11,8 por ciento en 2014: casi 22 puntos.
La evolución de la deuda externa
¿Qué pasó con la deuda externa, en ambas etapas, la neoliberal y la del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner?
Medida en dólares de mayo de 2021, la deuda externa pública de largo plazo, según el Banco Mundial, se incrementó en esos tres períodos de políticas neoliberales en 138.837 millones de dólares, mientras que en el lapso 2003-2015 se redujo en 51.397 millones de dólares.
Mientras en el gobierno de los Kirchner bajó la desigualdad y la deuda y creció el PIB por habitante a una tasa bastante satisfactoria, de 3,4 por ciento anual promedio, las políticas neoliberales produjeron en conjunto la caída del Producto, un fuerte aumento de la desigualdad, y un enorme incremento de la deuda pública, conduciendo al país al default en dos de esos tres períodos.
Esta es la realidad, demostrada en el largo plazo, y con información validada por una fuente confiable como el Banco Mundial, más allá de la retórica vacía de contenido de los adalides del neoliberalismo, que atribuyen todos los males a lo que llaman “populismo”, sin datos y sin pruebas.
Hemos criticado, en otras oportunidades, las políticas desarrolladas en el lapso 2008-2015, particularmente por el estancamiento al que condujeron en sus últimos cuatro años, pero es necesario tener muy en claro que el fracaso económico de casi medio siglo que arrastra la Argentina se debe, sin ninguna duda, a los 24 años de neoliberalismo.
* Licenciado en Economía-UBA. P/Martin.-