El tema es convocante a raíz de una serie de equívocos disparados en proporciones variables entre el desconocimiento y la intencionalidad de mala fe.
El impuesto a las ganancias surgió en 1933, en plena década infame con el nombre de impuesto a los réditos y cambio su nombre por el actual en 1973. Dividido en cuatro categorías, la cuarta es la que incluye a los trabajadores en relación de dependencia, a las jubilaciones y las profesiones liberales. En el caso de los trabajadores la denominación correcta sería impuesto a los ingresos. De los ingresos netos se restan las deducciones y si hay un excedente se aplica una escala progresiva que permanece fija desde el año 2000, con diferentes escalones y una tasa que va del 9% al 35%.
Las deducciones en el impuesto a las ganancias tuvieron dos aumentos en el año 2013. Uno en marzo y otro en agosto. La particularidad de esta última es que estableció que toda persona en relación de dependencia cuyo sueldo bruto, al 31 de agosto de 2013 sea igual o inferior a $15.000, no está alcanzado por la retención de impuesto a las ganancias, sin importar que sea soltero o casado.
Teniendo en cuenta que el grueso de los asalariados tienen un sueldo promedio entra $ 6.000 y $ 12.000, los alcanzados por el impuesto a las ganancias varían, según las siempre dificultosas estadísticas de nuestro país, entre el 5 y el 8%, o sea una cifra considerablemente menor que la del trabajo informalizado que ronda el 35%. Sin embargo, y aunque resulte un despropósito, el mínimo no imponible preocupa mucho más, o tiene más prensa, que los que permanecen en negro.
Pero el análisis está incompleto si no se aclara que el 31 de agosto constituye una foto que congela la imagen. Es decir, que toda persona que posteriormente haya tenido aumentos que lleven su remuneración a superar los $ 15.000, sigue exceptuada de las retenciones de ganancias. Eso amplía en forma considerable los trabajadores no alcanzados. Al mismo tiempo origina una flagrante inequidad, que no se encuentra incluida en ninguno de los trabajos de los analistas económicos y políticos y en los reclamos sindicales.
Una persona que ingresó a una empresa en cualquier mes posterior a agosto de 2013 y gane más de $15.000, queda sujeto a retención del mencionado impuesto. De esa forma dos personas con la misma remuneración actual, por ejemplo de $ 20.000, pero con fechas de ingreso diferentes (una anterior y otra posterior al meridiano del 31 de agosto del 2013), la primera estará exceptuada y la otra estará sujeta al pago del impuesto a las ganancias.