Venezuela acepta pagar la deuda con aerolíneas internacionales
Maduro admite la deuda por 3.800 millones de dólares contraída por el Estado venezolano con las compañías
Las aerolíneas extranjeras se plantan ante el gobierno de Venezuela
Ewald Scharfenberg Caracas 31 MAR 2014 -
Señales de cerrado se pueden leer en las oficinas de las aerolíneas en Venezuela / JUAN BARRETO (AFP)
“Hemos dado un paso de gigantes”, reconoció a un diario de Caracas el presidente ejecutivo de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (ALAV), Humberto Figuera. Se refería a la autorización concedida el jueves por el presidente Nicolás Maduro, y luego comunicada por el ministro del área, general Hebert García Plaza, de admitir como “buena” la deuda por 3.800 millones de dólares contraída por el Estado venezolano con la aerolíneas internacionales.
La crisis de la deuda ha amenazado con dejar aislada por vía aérea a la nación suramericana. Como consecuencia del estricto régimen de control de cambios establecido por el fallecido presidente Hugo Chávez en 2003, todavía en vigencia, los boletos y otros servicios prestados por esas aerolíneas en Venezuela, facturados en bolívares –la moneda local-, generaban ingresos que no podían ser cambiados a divisas y despachados a sus cuarteles generales sin autorización del gobierno venezolano, que según la ley controla todas las operaciones con monedas extranjeras. Durante los últimos tres años, coincidiendo con una crisis en el flujo de caja del Estado, el gobierno había dejado de cumplir en la entrega de las autorizaciones y liquidación de divisas.
Así se fue acumulando una deuda gigantesca. Los operadores internacionales amenazaron con suspender sus rutas a Venezuela. Air Canada lo hizo sin más rodeos el 18 de marzo. Otras optaron por reducir sus frecuencias u operar con aviones más pequeños.
El tema se viene tratando entre el gobierno de Nicolás Maduro y las 24 empresas aéreas que sirven al país –Venezuela no cuenta con línea aérea de bandera-, representadas por ALAV e IATA (la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, con sede en Ginebra, Suiza), desde finales del año pasado. En sucesivas rondas, Caracas asomó soluciones alternativas, que pasaron por el reconocimiento parcial de la deuda –contemplando sólo los boletos adquiridos por ciudadanos residenciados en Venezuela- o su pago total pero teniendo por tasa de cambio de referencia la vigente en el mecanismo llamado Sicad –una subasta de divisas que no existía antes, cuando la industria aérea vendía sus productos a la tasa fija oficial-. También el gobierno venezolano llegó a proponer el pago de la deuda con bonos de la República o aportes de combustible Jet A1 para aviones comerciales.
Todas estas fórmulas fueron rechazadas por las aerolíneas que el jueves, al fin, obtuvieron lo que deseaban de voz del Ministro para el Transporte Acuático y Aéreo, García Plaza: Venezuela se compromete a honrar la deuda entera. Según el ministro., el presidente Maduro autorizó cancelar esos compromisos, reconociendo la deuda de 2012 a la tasa oficial vigente entonces de 4,30 bolívares por dólar; la de 2013, a un cambio de 6,30 bolívares por dólar; y la de 2014 a una paridad equivalente al precio promedio del dólar en las subastas del Sicad.
Maduro admite la deuda por 3.800 millones de dólares contraída por el Estado venezolano con las compañías
Las aerolíneas extranjeras se plantan ante el gobierno de Venezuela
Ewald Scharfenberg Caracas 31 MAR 2014 -
Señales de cerrado se pueden leer en las oficinas de las aerolíneas en Venezuela / JUAN BARRETO (AFP)
“Hemos dado un paso de gigantes”, reconoció a un diario de Caracas el presidente ejecutivo de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (ALAV), Humberto Figuera. Se refería a la autorización concedida el jueves por el presidente Nicolás Maduro, y luego comunicada por el ministro del área, general Hebert García Plaza, de admitir como “buena” la deuda por 3.800 millones de dólares contraída por el Estado venezolano con la aerolíneas internacionales.
La crisis de la deuda ha amenazado con dejar aislada por vía aérea a la nación suramericana. Como consecuencia del estricto régimen de control de cambios establecido por el fallecido presidente Hugo Chávez en 2003, todavía en vigencia, los boletos y otros servicios prestados por esas aerolíneas en Venezuela, facturados en bolívares –la moneda local-, generaban ingresos que no podían ser cambiados a divisas y despachados a sus cuarteles generales sin autorización del gobierno venezolano, que según la ley controla todas las operaciones con monedas extranjeras. Durante los últimos tres años, coincidiendo con una crisis en el flujo de caja del Estado, el gobierno había dejado de cumplir en la entrega de las autorizaciones y liquidación de divisas.
Así se fue acumulando una deuda gigantesca. Los operadores internacionales amenazaron con suspender sus rutas a Venezuela. Air Canada lo hizo sin más rodeos el 18 de marzo. Otras optaron por reducir sus frecuencias u operar con aviones más pequeños.
El tema se viene tratando entre el gobierno de Nicolás Maduro y las 24 empresas aéreas que sirven al país –Venezuela no cuenta con línea aérea de bandera-, representadas por ALAV e IATA (la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, con sede en Ginebra, Suiza), desde finales del año pasado. En sucesivas rondas, Caracas asomó soluciones alternativas, que pasaron por el reconocimiento parcial de la deuda –contemplando sólo los boletos adquiridos por ciudadanos residenciados en Venezuela- o su pago total pero teniendo por tasa de cambio de referencia la vigente en el mecanismo llamado Sicad –una subasta de divisas que no existía antes, cuando la industria aérea vendía sus productos a la tasa fija oficial-. También el gobierno venezolano llegó a proponer el pago de la deuda con bonos de la República o aportes de combustible Jet A1 para aviones comerciales.
Todas estas fórmulas fueron rechazadas por las aerolíneas que el jueves, al fin, obtuvieron lo que deseaban de voz del Ministro para el Transporte Acuático y Aéreo, García Plaza: Venezuela se compromete a honrar la deuda entera. Según el ministro., el presidente Maduro autorizó cancelar esos compromisos, reconociendo la deuda de 2012 a la tasa oficial vigente entonces de 4,30 bolívares por dólar; la de 2013, a un cambio de 6,30 bolívares por dólar; y la de 2014 a una paridad equivalente al precio promedio del dólar en las subastas del Sicad.