, Alberto Fernández y Guzmán coincidieron en señalar que “debe haber un sólo tablero de control”, “un seguimiento microscópico” de las operaciones de Contado con Liqui, y “una mirada profunda” sobre “quienes operan, que hacen ahora y que hicieron en el pasado”, reveló a Infobae un vocero del Gobierno a prueba de desmentidas.
El Presidente decidió que no habrá represalias hacia atrás para los operadores de CCL sospechados de empujar un golpe de mercado y una maxidevaluación con ganancias multimillonarias en dólares, pero Guzmán ya sabe que tiene que “poner el ojo en el mercado” y “controlar minuto a minuto" cómo se están haciendo las operaciones y a quienes benefician.
Alberto Fernández y Martín Guzmán se reunieron ayer en la quinta de Olivos para diseñar una ofensiva técnica y política destinada a evitar que aumente la cotización del dólar Contado con Liqui (CCL). El Presidente y su ministro de Economía consideran que el CCL es un instrumento legal, pero sospechan que ciertas operaciones de personas humanas y jurídicas argentinas puedan a apuntar a forzar una maxidevaluación del peso que provocaría una estampida en los precios y agravaría los niveles de pobreza e indigencia.
Alberto Fernández y Guzmán guardan bajo siete llaves la lista completa de las operaciones de Contado con Liqui que se ejecutaron en las últimas semanas. Es una larga nómina con nombres y apellidos, razones sociales, montos, la entidad nacional que compró los bonos argentinos y el responsable que pagó los dólares cash afuera del país.
Esa nómina será usada por el ministro de Economía para determinar si las operaciones de CCL sólo tienen como finalidad transferir dólares al exterior, o su verdadero objetivo es inducir un aumento de la brecha cambiaria con el dólar oficial para gatillar una fuerte devaluación con sus consecuencias económicas y sociales.
A ver si se asustan che.